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C. Centrarse en el niñoEn nuestro trabajo los padres han demostrado a menudo y de forma sorprendente, capacidad para centrarse en sus hijos y planear su futuro. A pesar de estar recobrándose de un trastorno afectivo grave, los padres han sido capaces de movilizar sus mayores esfuerzos para ayudar a sus hijos a manejar la enfermedad afectiva. Esta fuerza a menudo esta preservada a pesar de la enfermedad, utilizando estas habilidades se puede realzar el sentido de competencia de los padres así como incrementar la esperanza sobre el futuro. Es esencial que los padres reconozcan el impacto de la enfermedad sobre los hijos. Aunque puede ser difícil para ellos admitir que su enfermedad ha sido estresante para sus hijos, es bastante posible que sus temores sobre el daño que estos han sufrido sea exagerado –esta seria la clase de distorsión cognitiva que puede darse con la depresión. Por lo tanto, una valoración realista de los recursos del hijo y las áreas problemáticas, es frecuentemente muy tranquilizador para los padres. Parte de la tarea de los padres es pensar sobre como los niños han interpretado los acontecimientos. El trabajo en curso para los padres incluye explicitar y ayudar al niño a articular su experiencia sobre la enfermedad de los padres y reforzar el hecho de que el niño no es ni culpable ni responsable de la enfermedad. Los padres deberían planear activamente estrategias que protejan a sus hijos y aumenten sus habilidades de manejo. Los clínicos deberían dejar a los padres tiempo para que elaboren completamente sus inquietudes. Las sesiones exploran estrategias específicas que se pueden emplear en discutir la enfermedad de los padres y la planificación del futuro. Las áreas cubiertas incluyen: 1. Clarificar al niño que le ha sucedido al padre y a la familia 2. Aseguar que el niño no se sienta responsable de la enfermedad de su padre 3. Ayudar al niño a articular sus propias experiencias y reforzar el hecho de que necesita no estar limitado por la enfermedad del padre 4. Identificar apoyos para el niño, con particular atención para restablecer aquellos rotos por la enfermedad parental 5. Discutir las dificultades actuales a las que se enfrenta el niño 6. Anticipar y buscar tratamiento para el niño si es necesario 7. Identificar los recursos de la familia y las capacidades de adaptación 8. Enfatizar la necesidad de seguir discutiendo las experiencias y necesidades del niño Al final de estas sesiones, los padres definen lo que esperan que suceda en las sesiones familiares. Entonces, se realizan una o dos sesiones familiares para presentar este material a los hijos. D. La familia es el centro La intervención involucra a la familia entera. A pesar de que el niño es el foco de la intervención, un objetivo de la misma es que los padres comuniquen lo que han comprendido de su enfermedad a sus hijos. La familia entonces comienza a construir una comprensión compartida, mas allá del sentido individual o personal que ha desarrollado cada miembro de la familia. La perspectiva que ofrece la intervención es que la familia tiene considerables recursos y que la tarea de los clínicos es ayudarlos a identificarlos y movilizarlos para el bienestar de los hijos. El clínico es un facilitador mas que un experto que dicta lo que se debe hacer. La principal tarea de la intervención es ayudar a los miembros de la familia a llegar a una comprensión de la enfermedad que les deje libres para continuar con sus vidas. Las experiencias de la vida acaban siendo comprendidas en el contexto de la información cognitiva ofrecida. E. Tiempo limitado y seguimiento a largo plazoLa intervención se debería realizar en 6-8 sesiones aproximadamente. Las metas centrales de esta intervención son: 1) facilitar la discusión familiar de la enfermedad afectiva de los padres y 2) ayudar a los padres a identificar y a fomentar estrategias de manejo saludables en sus hijos. Es de esperar que los padres continuaran incorporando los objetivos de la intervención en su vida familiar, largo tiempo después del contacto inicial intensivo. La estructura de la intervención es una fase inicial intensiva, con un seguimiento periódico a largo plazo. Esto se debería plantear a la familia desde el principio. La frase “largo plazo” tiene dos niveles. Primero, implica que el profesional debería tener contacto con la familia y estar disponible indefinidamente. Segundo, esto supone que la familia misma necesitara discutir, reflexionar y manejar los efectos de la enfermedad de los padres muchas veces a lo largo de los años futuros. La intervención consiste en estar desde el principio del proceso. Aunque algunas familias pueden no utilizar o necesitar contactos frecuentes con los clínicos después de la intervención, es importante para los clínicos estar disponibles y tomar contacto con las familias que encuentran en esto una ayuda. El objetivo del tiempo limitado de la intervención es trabajar el material sistemáticamente y permitir a la familia y al clínico sostener contactos a lo largo del tiempo. |