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B. Como utilizar el manualEste manual inicial esta organizado para presentar una introducción para la intervención así como delinear estrategias especificas para cada sesión. Se presenta una breve introducción de la estructura y objetivos de la intervención en las Secciones I y II, los principios terapéuticos se discuten en la Sección III, y el contenido de cada sesión se revisa en la Sección IV. Se presenta un caso clínico en las referencias. El manual se puede leer desde el principio hasta el final; sin embargo, esta también estructurado de forma que cada sección tiene su propia estructura y se puede leer de forma independiente. A menudo, los clínicos encontraran útil cambiar el orden de las sesiones o revisar el material de una sesión previa. En nuestro trabajo, nos hemos dado cuenta de que es útil para el entrenamiento incluir: la adquisición de conocimientos sobre la depresión y los efectos de la depresión de los padres en los hijos; una detallada revisión del manual; las sesiones de entrenamiento permiten aprender de forma individual las habilidades para la intervención o bien hacerlo en grupo, revisando cada uno el trabajo de los otros; y alguna discusion de los casos en los que se interviene con los colegas. También es necesaria una comprensión mas profunda del proceso de desarrollo. Los clínicos deben integrar sus propias orientaciones sobre los niños con los objetivos de la intervención. La cantidad de entrenamiento necesario depende, tanto de la gravedad de la depresión de los padres, como del conocimiento previo del clínico. También proporcionamos una serie de etapas de entrenamiento con breves secciones de cada una de las sesiones, realizadas con un equipo de actores y con el Dr. Beardslee. Se utiliza para el entrenamiento y para estimular la discusión. Hemos encontrado que es esencial un proceso continuo de reflexión por parte de los clínicos mientras dura la intervención, tanto en nuestro estudio original como en la adaptación a otros países y en otros lugares de nuestro país. Es mas, el trabajo se ha diseñado específicamente para ser compatible con las practicas de una amplia gama de clínicos: internistas, pediatras, trabajadores sociales, orientadores escolares, religiosos, psicólogos, psiquiatras, y otros profesionales de la salud mental. Igualmente importante es que el lugar donde se realice el trabajo (clínicas, escuelas, hospitales, etc.) apoye el esfuerzo y que se asigne el tiempo adecuado para el entrenamiento, la realización de la intervención, la flexibilidad para trabajar con las familias, el tiempo de reflexión del equipo y el seguimiento. Si se planea una evaluación independiente de la intervención, y recomendamos que se haga así, también la evaluación de los casos piloto requiere tiempo adicional (ver la Sección IV de evaluación). II. Descripción de la intervenciónA. Construcción de la historia de la familia y de la enfermedadSe realiza una historia durante las dos primeras sesiones, cuando ambos padres están presentes si la familia esta intacta. El clínico habla con los padres sobre su experiencia actual y pasada de la enfermedad y les ayuda a articular su comprensión de las causas y efectos del trastorno. El clínico comienza la evaluación del niño preguntando a los padres sobre su pasado y el funcionamiento presente y sobre posibles efectos de la enfermedad de los padres sobre él. Se pregunta a los padres por sus preocupaciones y como esperan que les ayude la intervención. Desde el principio, es importante respetar la experiencia de los padres, tanto en lo que tiene que ver con su enfermedad como con sus hijos. Uno de los objetivos centrales es desarrollar el compañerismo entre el niño y los padres con la esperanza de que esta relación ayudara a los padres a reforzar la habilidad del niño para afrontar el futuro. En una sesión individual con cada niño, el clínico pregunta sobre su experiencia en la escuela, con los amigos, en la familia y sobre actividades fuera de la casa. Se realiza una evaluación de los síntomas y se pregunta sobre las preocupaciones que el niño puede tener sobre la enfermedad afectiva de los padres. Frecuentemente, los padres tienen preguntas sobre su propio tratamiento, o necesidades de tratamiento para otro miembro de la familia. El clínico debe ser capaz de valorar estas necesidades inicialmente y también reevaluarlas durante el curso de la intervención. Debe saber que numerosos estudios han señalado que la depresión, particularmente en niños, es mal reconocida y tratada. B. Material psicoeducativo Una característica significativa de la intervención es la presentación de información cognitiva. Consiste en la enseñanza de aspectos de la depresión parental y la enfermedad bipolar y sobre los riesgos y resiliencia de los niños expuestos a un trastorno afectivo de los padres. En las revisiones clínicas la etiología de la depresión o del trastorno bipolar; su base biologica/psicologica; sus manifestaciones psicosociales; y el riesgo para los niños que crecen en familias con graves enfermedades afectivas. Se describen características especificas de la resiliencia en niños. Se puede presentar la misma información en diferentes momentos de la intervención y ser experimentada de diferente manera. Por ejemplo, los padres integraran la nueva información de forma mas completa en la medida que la intervención continúe y pueden cambiar su foco de atención, en función de que diferentes miembros de la familia se unan a la discusión. La sesión familiar es a menudo un momento en que la información cognitiva es revisada, posiblemente con un foco de atención diferente y en un contexto distinto. Las familias y los individuos aprenden nueva información y nuevas estrategias de diferentes formas. Siempre presentamos y facilitamos referencias sobre la depresión en las reuniones. Panfletos del Instituto Nacional de Salud Mental sobre la depresión y su tratamiento en adultos y en niños, nuestro propio articulo sobre la resiliencia (Beardslee y Podorefsky), para trabajar con familias en tratamiento durante largo tiempo. En nuestra newsletter para familias, proporcionamos también una lista de libros que las familias han encontrado útiles y se enfatiza que muchas familias han encontrado que la Maniac Depressive Association u otros grupos similares son valiosos y les animamos a participar en estos grupos. También animamos firmemente a las familias a preguntar a sus cuidadores o terapeutas, si no han comprendido un tratamiento o porque se ha utilizado o como se ha evaluado. En este sentido, tratamos de acompañarlos pero también les ayudamos a adquirir no solo información, sino también una serie de habilidades que les ayuden a mantener el esfuerzo de educarse a sí mismos. Hay una función adicional de la información cognitiva que impartimos. Como Aaron Beck (1963) y otros (Seligman y col., 1979) han demostrado, hay distorsiones cognitivas profundas en las enfermedades afectivas graves. Las terapias enfocadas en el cambio de estas distorsiones son efectivas. Se puede esperar que los padres, particularmente los sujetos con enfermedades afectivas, experimenten distorsiones cognitivas significativas. Las más obvias están en relación con las valoraciones no realistas sobre la propia valía; ej., “no valgo para esto” o “las cosas no tienen remedio”. Estas distorsiones tiñen a menudo las percepciones de los padres o las atribuciones sobre la conducta de sus hijos. Es de esperar que la intervención corregirá algunas de estas distorsiones y quizá promueva valoraciones más realistas de los padres hacia el desarrollo de sus hijos. De esta forma, el componente cognitivo de la intervención enfatiza la trasmisión de información así como la corrección de las distorsiones asociadas con la enfermedad afectiva. |