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1984- 1987 Fue en estos años de mi estadía en Puerto Ayacucho, cuando empecé a tomar conciencia como indígena amazonense. Los hechos sucedidos en Wanay fueron el detonante que despertó nuestra abulia y despreocupación por nuestros propios problemas. A nivel teórico, lo habíamos sentido en aquellas reuniones entre Antropólogos, Indígenas y Misioneros. Allí percibimos nuestra especificidad, nuestros problemas y nuestros retos, pero a nivel teórico. Las ideas no tocan la piel. Sólo cuando te hieren, te rompen, te empujan, sólo entonces aquella teoría desemboca en algo práctico. Y así sucedió. Fueron días calientes: reuniones, protestas, marchas, cartas de denuncia, todos nos sentimos movidos por algo que sentíamos de todos, no sólo de los piaroas de Wanay. A mí me tocó participar en uno de los muchos viajes de las comisiones que se trasladaron al lugar de los hechos. Allí pudimos recoger los datos de lo acontecido en forma cronológica. Domingo 17 de junio de 1984. “... A las 2 p.m un grupo de 30 indígenas piaroas se trasladaban desde la comunidad de Wanay hasta una vivienda aislada, situada fuera de los linderos del fundo “San Pablo”, para dar sepultura a un pariente llamado Andrés Pérez, que había muerto en dicha vivienda a causa de una picada de cascabel. En un paso dentro de un morichal, estaban esperándolos el encargado del fundo y sus obreros, los cuales gritando y disparando arremetieron contra los indígenas, que salieron huyendo hacia el monte. Capturaron a tres, entre ellos una mujer embarazada, a la que después de insultarla, la dejaron irse. A los otros dos indígenas se los llevaron amarrados a la cola de los caballos hasta la vivienda del fundo, donde fueron esposados a las patas de una mesa, donde permanecieron el resto del día, durmiendo en cuclillas.” Lunes 18 de junio de 1984. “… Se presentó el dueño del fundo “San Pablo” en su DC-3 acompañado por una comisión de la DISIP en la Comunidad de Wanay, donde procedieron a allanar las viviendas, asustando a los pobladores y proponiéndole al capitán de la comunidad la compra del pueblo “con piaroas y todo”, cosa que no fue aceptada. Luego se trasladaron en la aeronave al fundo “San Pablo” en donde les entregaron a los “prisioneros”, procediendo a soltarlos de la mesa para atarlos con mecate a un árbol. Dijeron estos piaroas que los DISIP los torturaron pasándoles un mecate al cuello y templándolo, metiéndoles el cañón de la pistola en la oreja y en la boca, a la vez que les decían que los matarían. Eso ocurría, mientras el Guardia Nacional que había llegado de Manapiare, estaba comiendo en la casa del maestro de la comunidad de Wanay”. Miércoles 20 de junio de 1984. “...Se trasladó al valle de Wanay una Comisión integrada por el Fiscal 30 del Ministerio Público, el Comisionado del Gobernador, el Capitán Perera de la Guardia Nacional, el Jefe de la ORAl en Puerto Ayacucho y tres indígenas de la comunidad: el maestro de la comunidad, Pastor N. Rodríguez y dos de los maltratados: Jesús Morillo y Luis Manuel González”. “...Llegamos a la pista del hato “San Pablo” a eso de las 11 y 30 a.m. Nos presentamos ante dos señoras y un joven, quienes eran los únicos que estaban en ese momento, ya que el encargado y los obreros estaban en la sabana. Al preguntarles sobre lo sucedido dijeron no saber nada, que quien sabía era el encargado. Pudimos constatar, a la llegada de los que estaban en la sabana, que portaban armas largas, cruzadas por la espalda en bandoleras, pistolas al cinto y una sub-ametralladora, el Capitán Perera procedió a pedirles los respectivos permisos de porte de armas y a retenérselas para hacer informes sobre las mismas, a lo que procedieron el Capitán Perera y el Fiscal del Ministerio Público. Luego nos trasladamos el Comisionado del Gobernador, los tres piaroas, el Jefe de la ORAl y el médico (a quien habíamos mandado a buscar), a la Comunidad de Wanay. Una vez allí, el médico procedió a revisar a los indígenas que habían sufrido violencia y a elaborar el informe de los mismos. Pudimos constatar que, además de los revisados en Puerto Ayacucho, sufrieron peinillazos: Jaime Cancio: planazo en el pecho. Jesús González: planazos cruzados en la espalda. Miguel Pérez: planazos en los glúteos. Francisco Gómez: planazos en el lado derecho de la región dorsal. Francisco Pérez: planazos en el pecho, roto por la punta de la peinilla. Además de estos, como el grupo fue dispersado por disparos y peinillazos, resultaron heridos algunas mujeres y niños, uno de estos presenta cortaduras en la espalda y región glútea, producidas por espinas y bejucos al huir su madre por el monte. Mientras tanto, los maestros de la escuela Piaroa de Paría, Daniel Otero, Jesús Caballero, Oscar Briceño y otros, solicitaron del Obispo Ceccarelli sus buenos oficios para apoyarlos en la denuncia y reclamo justos. El Obispo, en carta al Ministro de Asuntos Interiores Dr. Lepage, denunció los hechos y solicitó una Comisión para esclarecer lo sucedido. A esta denuncia se agregó la del Diputado César Alayón frente al Fiscal General de la nación. Los abogados Héctor Valverde y Sergio Solórzano entregaron al Juez del Dpto. Atures la Notitia Criminis correspondiente. El Viernes 29 de Junio un artículo del abogado Ramón Koesling inició una defensa de la actuación de Hermann Zingg y su gente, inaugurando una serie de informaciones sobre un supuesto “movimiento subversivo” en el Amazonas, del que a lo largo de ese tiempo, una parte de la prensa se hará eco. La prensa no es culpable por sí misma. Lo es el capital que la soborna y la manipula. Títulares de los periódicos nacionales van construyendo como cortina de humo, una tramoya de opinión: - “Tierra sin ley” (Diario de Caracas) - “El Amazonas ¿un segundo Esequibo?” - El hacendado Zingg acusa: “Quieren hacer del T.F. Amazonas aliviadero de guerrilleros y traficantes” (El Universal) - “Un repunte guerrillero en el Amazonas observa el Dr. Morales Bello”. -“Denuncia “lazos” entre el M- 19 y los líderes de la región” - Alvarez Paz: “Narcotraficantes han convertido el Amazonas en “Tierra de nadie” - Curiel: “Se puede perder el Amazonas” (Denuncia grupos conectados a intereses foráneos) - “Gangsterismo terrofágico, Drogas y Contrabando, elementos de la crisis del Amazonas, según Diputado Julio César Moreno.” - “Cambian oro por coca cerca del Amazonas”. - “Viaje al mundo fantástico del Marx-indianismo”. - “Amazonas, zona roja internacional” - “La subversión está en el Amazonas”. Ramón Koesling. - “Sectores de ultraizquierda pretenden internacionalizar la Amazonia” - “Militarizar el Amazonas solicitarán a Lusinchi”. El diario Panorama (14-05-1985) hizo un resumen de la poca capacidad inventiva de la poderosa derecha política venezolana al presentar un resumen del documental “El hallazgo del Dorado “, elaborado para televisión: - “Necesidad de una política de fronteras y de ocupación del territorio: Hay gentes empeñadas en sentar barreras divisorias entre venezolanos indígenas y no indígenas...” - “Un movimiento separatista sin precedentes en Venezuela pareciera estar surgiendo... los colonos han tenido que defenderse de la hostigación proveniente de los indígenas...” - “La guerrilla ideológica en Venezuela tiene un campo de operaciones en el Territorio Federal Amazonas: … indígenas asistidos por exguerrilleros y un misionero venezolano de origen vasco, apoyado por el Vicario de Puerto Ayacucho, venezolano, de origen argentino, Mons. Ceccarelli... los “liberadores” de los indígenas cuentan con el sabio consejo del profesor de antropología de la Universidad Central, venezolano, de origen húngaro, Esteban Emilio Mosonyi.... Pedro Duno, hombre-contacto con Mohamad Kadhafi de Libia....” - “La U.R.S.S. y la teología de la liberación....” - “Del mito a la realidad»: evoca el fabuloso mito de El Dorado por la presencia de minerales estratégicos no-radioactivos, de importancia capital para el futuro. El título del documental era también alusión directa a las personas que, según ellos habían encontrado refugio permanente en el Territorio Amazonas, para llevar adelante sus campañas ideológicas en desconocimiento de valores consagrados por la Constitución venezolana”. Todos los periódicos de mayor tiraje en Venezuela se hicieron eco de esa campaña de manipulación, aunque el que más virulencia y necedad demostró fue “El Diario de Caracas”. Fue tan burda esa campaña que en Amazonas, como era de esperarse, nadie se la creyó. Lo que querían, era ocultar el verdadero problema. El periodista Earle Herrera lo resumió en un articulo con calculada sorna: “Búfalo Bill en el Amazonas. Marcial Lafuente Estefanía cuenta otra historia”. Los tiros involucraban a la Iglesia, a las actividades de los jesuitas en el Ventuari, y a sacerdotes supuestamente simpatizantes de la ETA vasca, de la guerrilla sandinista y colombiana. Las denuncias que Ceccarelli hiciera un día, contra las concesiones mineras de MAVA C.A., estaban cosechando las primeras retaliaciones. Los indígenas en ese tiempo nos sentimos unidos, logramos un motivo para pelear juntos y sentir la necesidad de conformar una organización por la base. Las organizaciones indígenas siempre habían nacido con un pecado original: eran, todas o casi todas, motivadas y dirigidas por los criollos, llámense, aliados, científicos o curas, pero esas organizaciones no calaban en el pueblo indígena que tenía otros problemas más terrenales e inmediatos, que las elucubraciones políticas que surgían en cada organización. Amazonas se puso de moda. Nunca como en ese tiempo se habló tanto, (y casi siempre mal), del Amazonas. El 18 de Julio, la Comisión Delegada del Congreso inició su debate. COPEI con Oswaldo Alvarez Paz, Paciano Padrón y Abdón Vivas Terán trataron de entorpecer las investigaciones. El Diputado Adelso González denunció la cortina de humo lanzada por la prensa para tratar de difuminar el problema. Finalmente, la Delegada nombró una Comisión para visitar la zona y aclarar los hechos. Mientras tanto, la Comisión de Agricultura recomendó restituir la tierra a los piaroas. Los diarios continuaron cubriendo el caso: - “Paulina Gamus presidirá Comisión que irá a Amazonas”. -“Comisión parlamentaria viajará mañana al Amazonas para investigar irregularidades...” - “Presuntas torturas a piaroas discute Comisión Delegada.” - “Diputados investigan atropellos a piaroas”. - “Investigación a fondo sobre el caso de los Piaroas”. - “La Comisión citará a 17 testigos” - “Interpelados el Mayor Milano, Héctor Valverde y Rubén Montoya”. La imparcialidad de la comisión fue puesta en duda en una carta del Obispo Ceccarelli dirigida al Presidente del Congreso, Dr. Leandro Mora, asunto del que la prensa se hizo eco inmediatamente: - “El obispo denuncia parcialidad de la Comisión del Congreso”. - “Está parcializada comisión que viajó al Amazonas a investigar atropellos a Piaroas”. - “De manipular resultados de su investigación sobre los piaroas acusa Diputado a Comisión Especial”. - “Ese informe defiende a Zingg y olvida a los piaroas”. - “Aumenta oposición al informe parlamentario sobre el Amazonas”. - “Admite vocero de la Comisión de Diputados que sus miembros durmieron en hato de Zingg.”. - Rafael Elino Martínez: “Paulina Gamus manipuló el Informe”. - “La Comisión no va aceptar presiones”. - “El Informe de la Comisión de Fronteras sobre los Piaroa, es un arroz con mango”. La sociedad y las instituciones, en general apoyaron la denuncia y condenaron las calumnias de Koesling, Rotondaro, Schmidt y compañía, contra el obispo Ceccarelli. - El Provincial de la Compañía de Jesús: “El Dr. Rotondaro hace declaraciones falsas y calumniosas”. - “Hay interés en tildar de comunistas a quienes defienden los derechos de los Piaroa”. - “El Cardenal Lebrún respalda al Vicario de Puerto Ayacucho”. - “Rotondaro desconoce la obra de alfabetización, promoción y educación de los misioneros”. - Mayor Sergio Milano (GN): “En la selva del Amazonas es imposible la subversión”. - Ramón Darío Godoy, expresidente del IAN: “Zingg ocupa ilegalmente el valle de Manapiare” - El Fiscal General: “La Fiscalía constató maltratos a piaroas”. - Rafael Elino Martínez: “Superficial el diagnóstico del MRI sobre el problema de Amazonas”. Con este repaso que hago por la prensa de aquellos meses trato de hacer notar no sólo lo que se dijo, sino lo que se ocultaba debajo de las palabras. La solución salomónica del Estado por un lado, devolvió las tierras a los indígenas, y por el otro, favoreció a Zingg a quien pagó bienhechurías y reubicó en otras tierras... mejores que aquellas. Al poco tiempo se realizó en Caño Grulla el Primer Congreso Piaroa y poco a poco, fueron naciendo organizaciones indígenas que ayudaron a tomar conciencia. Yo mismo constaté mi evolución de pensamiento, comparando el tiempo que viví en Atabapo y ahora, cuando me involucré en estas peleas y movimientos. Durante este período caliente de escándalo periodístico, de visitas parlamentarias, acusaciones y calumnias hicieron de Amazonas el best seller periodístico nacional. Algunos medios lo presentaron como la zona más peligrosa del país; fueron después estos mismos medios, los que fomentaron el arribo de un nuevo mesianismo y panacea ante los problemas vividos: un gobernador militar. Así el Estado tendría la seguridad de que la tan cacareada subversión del Amazonas se frenaría de repente. El General Müller Rojas fue el elegido para sustituir al Sr. Rumeno Armas Salazar. “En el Amazonas se requiere un hombre con visión estratégica”, dijo el Presidente Lusinchi el 21 de Agosto de1984. Al poco tiempo, el nuevo Gobernador anunció que “en Amazonas no hay ningún indicio que permita presumir la existencia inminente de una amenaza a la seguridad del Estado”. El Estado se había creído el cuento de la “subversión” contado por los medios. Al instante, reconoció que los tan cacareados “peligros” desaparecieron, porque eran inexistentes, y que los problemas auténticos eran otros, que estaban presentes desde siglos y que el Estado en realidad, nunca había afrontado con seriedad. Al General Müller Rojas, al siguiente año, se le pedirá la renuncia después de las denuncias que él hiciera sobre la compra de municiones y equipos militares en donde se involucraba a altos cargos militares. La razón que el Ministro Lepage dio para cambiarle fue la conveniencia de que en Amazonas, “la tierra de nadie”, gobernara un militar activo, pues Müller ya había pasado a la reserva. Yo creo en cambio, que fueron otras las razones. Müller Rojas era una persona de ideas liberales y que no aceptaba dogmas sobre las personas. Tal vez el gobierno pensaba que el nuevo gobernador iba a mostrarse más enérgico con los supuestos cabecillas de la “subversión”, Pedro Duno, Héctor Valverde, Montoya, Ceccarelli, los curas etc. Müller Rojas no hizo caso a expectativas del ala más recalcitrante del gobierno y por eso fue removido. En Diciembre de 1984, se inauguró el Museo Etnológico de Puerto Ayacucho después de años de trabajo, en los que yo también puse mi granito de arena, ayudando al antropólogo Alejandro Signi, el Hno. Carlos Toso y otro cura que no recuerdo el nombre. Fueron muchas las tardes y los trasnochos para lograr terminarlo para el día fijado de la inauguración. El día 15 de Diciembre las autoridades ya estaban en la puerta y nosotros todavía estábamos pegando el último afiche. Fue una carrera contra el tiempo, pero todos admiraron la obra que nadie sospechaba: una sala General y cinco salas para las cinco etnias más numerosas del Amazonas, el Salón audiovisual y el salón de muestras temporales. Actualmente se está remodelando la nueva sede. Es una lástima que no reciba todo el apoyo necesario para una obra tan importante para la ciudad. El nuevo Gobernador militar fue el General Vargas Chirinos, a quien el presidente Lusinchi le transmitió el deseo de “erradicar cualquier intento de subvertir el orden público”. Esto indicaba que en el Gobierno nacional había calado profundamente la manipulación de la prensa sobre el caso Wanay, la “tierra de nadie”, pues daba la impresión que el “coco”de la subversión de Amazonas seguía latente. El general Vargas Chirinos lanzó su programa que no varió nada del rosario de buenas intenciones que presentaba cada gobernador: - “Es imprescindible desarrollar el Amazonas: Hay que incrementar la mediana y pequeña industria y desarrollar programas agrícolas para mejorar la situación económica de los nativos del Amazonas. También incentivar el turismo. Hay que tomar en cuenta también el aspecto sanitario y educativo… sectores prioritarios en la acción de este gobierno.... Voy a ser duro contra lo que signifique drogas, contrabando y violencia...” Lo de siempre. Los discursos iniciales de los gobernantes suelen ser más largos que los de despedida... En Enero de 1985, el Papa Juan Pablo II hizo su visita a Venezuela. Amazonas no estaba en la agenda de su viaje. Fue Guayana el lugar de encuentro para toda la zona sur de Venezuela. Una delegación numerosa de indígenas representamos al Amazonas. Yo también participé en el recibimiento solemne, pues fui el encargado de leer el discurso en nombre de todos ellos. Me obligaron a ponerme un guayuco y me pintaron el cuerpo con onoto. Yo nunca había vestido guayuco, pues mi gente hacía siglos que no lo usaba. Te confieso que me sentí como un actor de teatro o como un payaso. Funcionaba el tópico que vendía folklore, no autenticidad: el guayuco. ¿Era eso lo que me hacía indígena? ¿Por qué quieren que conservemos nuestra cultura si ésta no es tomada en cuenta? ¿Para adornar el ambiente y crear un halo de exotismo ante turistas o famosos visitantes? ¿Tal vez yo ya he dejado de ser indio? ¿Tal vez muchos de nosotros ya no somos indígenas? Hemos entrado en la rueda trituradora y globalizadora de una cultura única que impone sus pautas. ¿No hubo un gobernador en Amazonas que consideró el vocablo “indígena” como racista y discriminatorio? Nuestras comunidades están minadas en la raíz desde que entró el concepto de trabajo asalariado. Corrompió toda estructura: el maestro... el motobombero... el plantero... el comisario… y últimamente hasta los capitanes. Antes, nuestras comunidades estaban limpias y las casas bien hechas y cómodas. Ahora nuestros pueblos se dejan invadir por el monte, esperando que la alcaldía o la gobernación organice un “plan hallaquero” o proporcione trabajo eventual durante una o dos semanas. Ingresamos en la corriente de esa cultura que nos quita la libertad y nos esclaviza. El que manda en la comunidad es, casi siempre, el menos indio de todos. Si no es mestizo, es aquel que tiene en su reciente genealogía algún ancestro criollo. El capitán y los ancianos son figuras decorativas. Los que mandan son los jóvenes, los que detentan algún cargo y que se mueven bien en los ambientes políticos, siempre en propio provecho. Los españoles, cuando llegaron, nos hicieron dos “regalos” que a la larga trajeron graves consecuencias para nosotros: la idea de “culpa” y la idea de “progreso“. La idea de culpa, de pecado, revoloteó y vagó libre sobre todo lo indígena: la lengua, las costumbres, la religión. Los españoles de ayer y los criollos de hoy, demonizaron todo lo nuestro. La idea de “progreso” satanizó nuestras costumbres, nuestra ciencia, nuestra concepción de mundo: “el indio debe salir del atraso”, “debe abandonar esos “dialectos” y aprender la lengua castellano”. La idea de ‘progreso” nos hizo sujetos privilegiados de un evolucionismo cultural, condenados a cambiar o a morir. Nuestros logros a nivel técnico, material y nuestros valores espirituales, no servían si no evolucionaban hacia lo que ellos nos presentaban. Es muy duro ser indio… y creo que no hay vuelta atrás. Nuestros pueblos y nuestro mundo se está llenando de vacío, se deshace poco apoco... ¿o rápidamente?... por contacto, por el simple roce, por ese eufemismo que encierra la famosa “interculturalidad” tan cacareada por ustedes, los antropólogos, los sicólogos y universitarios en general. No puede haber interculturalidad, cuando el indígena tiene que aprender y conocer todo lo de ustedes (hasta las trampas y triquiñuelas) para ser alguien, y en cambio, la otra cultura no conoce nada de la nuestra... ¿es eso “educación intercultural”? Bueno, vamos a dejar estas cosas serias, que por lo demás ya las he discutido contigo varias veces, y sigamos con mis aventuras. En Ayacucho viví esos años de estudio, pero de vago, a costa del sueldo de mi papá y de mi tía Amelia. Gracias a un compañero de mi tío Idalino, de los años del Asilo Pío XI que ocupaba un puesto relevante en el partido Acción Democrática, mi papá consiguió un puesto de guachimán en una escuela y a mi tía Amelia le dieron otro de bedel en la Gobernación. Gracias a esa ayuda, mi papá fue arreglando la casa en la laja del barrio Unión. Durante mis años de bachillerato en el Liceo Aguerrevere, como es natural entre los jóvenes, la relación era fundamental. Yo tenía un grupo de amigos reducido, algunos de la Residencia indígena y otros del grupo del cura Premarini... Yo veía a mis compañeros que muy pronto encontraban fácilmente una muchacha con la que compartían más, la “jeba” como decimos. Yo noté siempre la dificultad de encontrar esa muchacha que intimara más conmigo. Sí, tuve muchas amigas, alguna de ellas me hicieron creer que tenían interés por mí. Yo me desvivía sirviéndolas, brindándolas, pero a la larga vi que lo que había era interés y, apenas aparecía otro más vivo, o menos indio que yo, desaparecían. Hice todos los experimentos. Me comporté bien y estudié como nunca para que me admiraran. Al rato noté que no era eso lo que las atraía. Los más malandros del Liceo eran, los más exitosos con las muchachas. Me hice malandro, abandoné el ritmo de estudio y hasta me hice raspar alguna materia para asemejarme más a ellos. Entré en la pandilla de mi barrio y comencé a fumar y a probar mis primeros pitos de marihuana, me trasnochaba recorriendo todas las fiestas de fin de semana. Más de una vez llegué al Liceo con la marca de una riña o pelea callejera, heridas que yo ostentaba con orgullo frente a las muchachas y que me daban un aire de pendenciero. También fracasé con esta táctica y me dejé de tonterías. Volví a tomar el ritmo de estudios para evitar que me rasparan en el último año y así, finalmente, pude graduarme. Maduré con los golpes. El amor no es cosa de disfraces ni pantallas. Un día, frente al espejo de la casa, tratando de rasurarme los cuatro pelos aprendices de bigote, me di cuenta que el indio lleva en su cara un estigma para una sociedad como la de Puerto Ayacucho, en la que el elemento y el prototipo modelo era, cada vez más, la del blanco o criollo. El racismo no se notaba en las relaciones banales cuotidianas, pero cuando de otras relaciones se trataba, se rehuía al indio, se lo marginaba. La visita al “Italia”, hotelucho alegre de la avenida Aguerrevere, resolvía mis problemas más urgentes. Allí vi a otros, que como yo tenían poco éxito en el arte de la conquista. El mestizaje en Amazonas aumenta, no por las uniones libres o permanentes de indio con criolla, sino de las múltiples uniones de india con criollo. Fíjate en San Fernando, en San Carlos, Maroa y otras poblaciones, cuántas madres solteras con varios hijos de guardias, marinos, y otros visitantes pasajeros. Fíjate también en esas poblaciones, la dificultad que tienen algunos jóvenes para encontrar mujeres de su edad como esposas, teniendo que contentarse con parejas mucho mayores que ellos o llevar vida marital con una mujer cargada de hijos habidos con otros... Esa fue mi experiencia. Como tú sabes, en mis peripecias por Caracas me encontré con Alicia con tres hijos de otro y soporté a Olimpia, una suegra regañona. Pero Alicia me aceptó por lo que era, con mi cara de indio, aún sin tener trabajo, sinceramente, desinteresada. Para el año 1987, en pleno gobierno de Lusinchi, era Gobernador de Amazonas el General Vargas Chirinos y Secretario General de Acción Democrática, partido de gobierno, un joven político que se convertiría poco a poco en un “fenómeno” electoral: Bernabé Gutiérrez. La situación económica del Territorio Amazonas no era muy boyante, pero comparándola con la de ahora, me dan risa las cifras que se publicaban en los periódicos amazonenses. “La Prensa del Sur” del 7 de Mayo, señalaba los precios en el interior del Amazonas: - La gasolina a Bs. 2.000 el tambor. - La leche a Bs. 95 la lata. - La harina pan a Bs. 14 el kg. - El azúcar a Bs. 14 el kg. - El aceite a Bs.20 el litro. - El jabón a Bs. 5 la panela - La sal a Bs. 6 el kg. - El arroz a Bs. 14 el kg. - La cebolla a Bs.30 el kg. - El pasaje por avioneta de: - Puerto Ayacucho - San Carlos de Río Negro: Bs. 1.000. - Puerto Ayacucho - Maroa: Bs. 800. - Puerto Ayacucho - San Fernando de Atabapo: Bs. 500. - Puerto Ayacucho - San Juan de Manapiare: Bs. 500 La tan anunciada y esperada carretera Caicara - Puerto Ayacucho no lograba terminarse, por lo que la única comunicación con el centro de Venezuela era por avión. Aeropostal, la línea que llegaba al Amazonas, tenía una política de precios muy interesante con las regiones del sur: cuanto más pobres eran, más costoso era el pasaje. Y se ponía este ejemplo: “La duración del vuelo Puerto Ayacucho - San Fernando de Apure era de 20 minutos y costaba Bs. 397 mientras que el vuelo desde San Fernando de Apure a Maiquetía, de 40 minutos de duración costaba sólo Bs. 325”. Hasta por el aire Amazonas salía perdiendo... Esta fue una época caracterizada por la gran intensidad política, o más bien, politiquera. Si esta misma intensidad se diera en el campo económico y productivo, Amazonas sería hoy una de las entidades más prósperas del país. La búsqueda del poder se convirtió en una especie de piñata. En sólo 6 años se sentaron en la silla de la gobernación nada menos que 8 gobernadores: - Rumeno Armas Salazar en febrero de 1984. - General Müller Rojas en agosto de 1984. - General Vargas Chirinos en julio de 1985. - Bernabé Gutiérrez Parra en julio de 1987. - Enrique Betancourt en mayo de 1988. - Rafael A. Polanía en febrero de 1989. - Antonio Mirabal R. en ese mismo año 1989. - Edgar Sayago en mayo de 1990. Sus gobiernos fueron breves y anodinos. No se sabe si algunos de estos gobiernos fueron anodinos por su brevedad, o si fueron breves por ser tan anodinos. Si a esto se le añadía el baile continuo de los Presidentes del Concejo Municipal, con entradas y salidas, a la cárcel incluidas, con amores y desamores, con declaraciones de odio y profesiones de fe, dinámicas y cambiantes, podemos concluir que la política fue la industria preponderante y la más próspera de nuestro estado. Rumeno Armas Salazar fue nombrado Gobernador de Amazonas. Extrañó un poco, pues no era un hombre de Partido. Dueño de la empresa comercial más fuerte de Puerto Ayacucho, gerente moderno y de ideas emprendedoras, pronto se destacó al modernizar su empresa y superar la mentalidad de bodegueros que predominaba entre sus colegas. No aguantó mucho. Era muy buena gente, pero su capacidad de aguante frente a la rapacidad famélica de sus “compañeros de viaje” no era equiparable a su astucia, buen hacer y chispa para los negocios. En ese tiempo surgió la estrella política de un joven audaz y ambicioso que, poco a poco, había dejado a la vera del camino a añosos robles, fundadores y estandartes del Partido Acción Democrática. Sin gran preparación, pasó por encima de profesionales que ostentaban pomposos títulos. Rodeado, unas veces de palafraneros adulantes y otras, de bandas de choque muy “convincentes” fue Bernabé Gutiérrez Parra, el nuevo cacique que se impuso en la selva política del momento. Alumno aventajado y con un “master” en el curso de demagogia política dictado por CAP, captó rápidamente las debilidades del pueblo. Su movilidad por todo el Territorio, su cercanía a todo lo popular, la demostración de riqueza regando los caminos con billetes, la capacidad de estar bien con todos los poderes fácticos, Iglesia, Fuerzas Armadas, Sindicatos, Prensa... Presentaba una imagen de un Amazonas viviendo una “edad de oro”, de un Renacimiento. Sobre todo para algunos... Los contratiempos que surgían en el campo laboral se aplacaban rápidamente. Bastaba con invitar a una reunión a los líderes sindicalistas que más gritaban... y un pacto secreto acallaba milagrosamente las protestas. Manejó al amigo y al adversario con astucia florentina. Personajes que perdieron el favor del “Príncipe” y que su lengua o su pluma arrojaron los peores epítetos e insultos contra él, a los pocos meses, se arrastraban melosos cantando sus proezas y aciertos en discursos o programas radiales. Desconozco si esto se debía a su excesiva capacidad de perdón, o si en cambio, era simplemente una demostración más, de que el estómago siempre obliga a la política a ser dinámica y cambiante. Su capacidad de realizar obras de relumbrón para la ciudad, como fueron la reestructuración de la Plaza Bolívar con caballo incluido, o la construcción de la “Avenida - autopista” Orinoco, que si bien no mejoró el tránsito, dio a Puerto Ayacucho cierto aire de gran ciudad, dieron a la figura del político un realce innovador y progresista. No importaba que los problemas reales de urbanismo de la capital quedaran relegados. Las fiestas, las Navidades, los Carnavales, las caravanas con reparto de billetes incluido, penetraron fuertemente en el recuerdo popular y fue punto de comparación para los gobiernos del futuro... “Con Bernabé se vivía mejor...” |