Caracas, Mayo de 2012.
RESUMEN La presente investigación tiene como objetivo permitirle al lector un esbozo con respecto al tema de las adicciones en la adolescencia, donde el joven tiene un comportamiento de abuso hacia una sustancia o actividades, y como la adicción difiere de la compulsión. Adicionalmente, se plantean las diferentes concepciones de la adicción según diferentes teorías y autores de las mismas. De igual forma, permite comprender cuales son las causas personales y familiares que pueden encaminar al adolescente a la adicción, así como sugerencias y recomendaciones prácticas para prevenirla y al mismo tiempo para los padres que tienen un adolescente adicto. Finalmente, se mencionan diversas técnicas para el tratamiento de adicción en adolescentes.
Palabras claves: abuso de sustancias, adicción, adolescente, dependencia.
ÍNDICE
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I. Introducción…………………………………………………….........
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II. ¿Qué es la adicción? ………………………………………………
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III. Adicción vs Compulsión…………………………………………..
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IV. Posibles causas de las adicciones………………………………
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4.1. Personales……………………………………………………..
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4.2. Familiares………………………………………………………
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V. Perfil del adicto……………………………………………………
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VI. Sugerencias para prevenir a las adicciones……………………
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VII. Recomendaciones para padres de adolescentes adictos……
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VIII. Tratamiento……………………………………………………….
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8.1. Tratamiento psicoanalítico……………………………………
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8.2. Terapia racional emotiva……………………………………..
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8.3. Musicoterapia………………………………………………….
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8.4. Terapia sistemática familiar breve…………………………..
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IX. Diferentes perspectivas sobre las adicciones………………….
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9.1. Perspectiva Freudiana………………………………………..
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9.2. Perspectiva Kleiniana…………………………………………
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9.3. Perspectiva Lacaniana………………………………………..
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X. Investigaciones recientes………………………………………….
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XI. Conclusiones……………………………………………………….
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XII. Referencias………………………………………………………..
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INTRODUCCIÓN
La adolescencia es considerada como un proceso de maduración entre la niñez y la edad adulta, que incluye diversos cambios tantos corporales como psicológicos. Es un periodo en el cual el joven empieza a considerarse adulto e independiente. Por ello es considerada por muchos como una de las etapas más complicadas en la vida de los humanos, no solo para el joven que transita por un mundo desconocido y por diversos cambios, sino también para los padres a quienes le puede parecer estar frente a una persona irreconocible, acompañado del suelo del niño inocente que siempre estuvo al lado de los padres, lo que genera igualmente un duelo en el adolescente por los padres de la infancia.
Esta búsqueda de independencia puede muchas veces encaminarse en lo negativo cuando el joven, en búsqueda de distintas emociones o experimentación, puede adentrarse al mundo de las adicciones, el cual puede considerarse como un hábito que domina la voluntad de una persona. Puede darse por la dependencia bien sea de sustancias, actividades o relaciones, que pueden controlar los pensamientos y comportamiento de los jóvenes, llevándolos a cometer actos ilícitos que afecten su relación familiar, interpersonal y que pongan en riesgo su propia integridad por perder la noción de realidad.
Sin embargo, podemos encontrar actualmente un sin número de perspectivas y opiniones acerca de la noción de adicciones que van desde una explicación totalmente neurológica que apuntan a cierta vulnerabilidad por parte de los adolescentes, hasta la explicaciones psicoanalíticas y cognitivas, que pueden dar una ventana a lo que sería el tratamiento para los adolescentes adictos así como recomendaciones para los padres que deben batallar con dicha problemática, que cada vez se incrementa dentro de la población juvenil.
¿QUÉ ES LA ADICCIÓN?
La Real Academia Española (2001), define la adicción como el hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna droga tóxica, o por la afición desmedida a ciertos juegos.
También puede revisarse la etimología de la palabra. La palabra adicto viene del latín “addictus” que quiere decir adjudicado o heredado. Después de una guerra, los romanos hacían una subasta donde regalaban esclavos a los soldados que pelearon bien. Estos esclavos eran conocidos como addictus. Hoy en día, un adicto es alguien esclavo a algo, ya sea una droga o un evento. Adicionalmente, para el psicoanálisis la palabra “adicto” proviene del prefijo negativo “a”, y “dicto”, que en latín significa “dicho”. Adicto es entonces quien no ha podido poner en palabras su angustia vital, y por ello ha recurrido al efecto alienante de las drogas como ilusoria vía de escape. Las adicciones han existido desde que el hombre es hombre y desde hace miles de años la intoxicación ha sido vista de múltiples y diferentes maneras: desde una falla moral de la voluntad; un vicio de algunos seres que no quieren hacer las cosas como los ciudadanos honorables, y se dedican a faltar el respeto a la moralidad y a las buenas costumbres de una sociedad; hasta ser vistos como personas que son capaces de ponerse en contacto con seres de otro mundo y revelar los secretos del más allá. (Barriguete, 1996, c.p. Urrutia, s.f.).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1957 definió la adicción como el estado de intoxicación crónica y periódica, originada por el consumo repetido de una droga, natural o sintética, caracterizada por una compulsión a continuar consumiendo por cualquier medio, normalmente con una tendencia al aumento de la dosis, que provoca dependencia psíquica y generalmente física de los efectos y que posee consecuencias perjudiciales para el individuo y la sociedad.
Desde 1963, la OMS remplazó el término de adicción o habituación por el de dependencia (Cañal, 2003), por lo que en este trabajo se usará el término adicción en referencia a las dependencias de sustancias, aunque como se verá más adelante actualmente hay autores que hacen también referencia a adicciones a objetos, actividades, entre otros, a los cuales también se hará referencia.
En 1969, la OMS definió la dependencia de las drogas como un estado psicológico y a veces físico caracterizado por respuestas conductuales con un alto grado de compulsividad con el fin de poder experimentar sus efectos psíquicos y para evitar las consecuencias de su ausencia. La adicción a una sustancia se caracteriza por un uso compulsivo de la misma, con un gran deseo de hacerlo, y por la aparición de síntomas objetivos que siguen a la finalización del consumo de la misma (Redolar, 2008).
En relación a lo anterior, el DSM habla de dependencia a sustancias y las define como un patrón mal adaptado de abuso de una substancia que produce trastornos o dificultades físicas importantes desde un punto de vista clínico, siempre que se manifiesten tres (o más) de los siguientes factores, dentro de un periodo de 12 meses (APA, 1994):
1. Tolerancia, definida en cualquiera de los siguientes términos:
Necesidad de consumir una cantidad notablemente superior de la sustancia a fin de conseguir la intoxicación o el efecto deseado.
Efecto marcadamente menor con el uso continuo de la misma cantidad de una sustancia.
2. Abstinencia, definida en cualquiera de los siguientes términos:
Síndrome de abstinencia característico de la sustancia.
Consumo de una sustancia u otra de la misma clase, a fin de evitar los síntomas de abstinencia.
3. Consumo de una sustancia a menudo en grandes cantidades o durante periodos de tiempo más largos de los pretendidos inicialmente.
4. Existencia de un deseo persistente o de esfuerzos inútiles por reducir o controlar el uso de la substancia.
5. Empleo excesivo del tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la substancia, su consumo o la recuperación de sus efectos.
6. Abandono o reducción de actividades importantes de carácter social, ocupacional o recreativo derivadas del uso de la sustancia.
7. Consumo continuado de la sustancia a pesar de conocer la existencia de un problema persistente o recurrente, ya sea de índole física o psicológica, que con toda probabilidad ha sido motivado o exacerbado por la sustancia.
La historia de las adicciones va unida a la historia del hombre, el uso de distintos tipos de sustancias es remotamente antiguo. Fumar cigarrillos, beber alcohol, mascar hojas de coca, fumar marihuana, entre otros consumos, son ejemplos bien conocidos de algunas de las sustancias que el hombre ha utilizado a lo largo de la historia y continúa utilizando hoy en día.
Tal como se dijo anteriormente, se considera las adicciones según el concepto de dependencia (física y psíquica), a sustancias psicoactivas que ingeridas por un individuo tienen la potencialidad de producir dependencia, sin embargo, también se observa en adultos, y en un número elevado de adolescentes, que hay ciertas conductas que sin sustancias producen dependencia. Actualmente, además de las sustancias anteriormente mencionadas y sus derivados industriales o químicos, existen las nuevas adicciones, unas derivadas de sustancias, como es el caso de la heroína, la cocaína, las drogas de diseño, el LSD, entre las más importantes; y otras adicciones comportamentales, sin sustancia, como resultado de nuestra sociedad tecnológica, como la adicción a Internet, al juego de azar, al teléfono móvil, al sexo, a las compras, y una gran cantidad de conductas que pueden llegar a ser adictivas.
Otra característica que puede mencionarse con respecto a las conductas adictivas, es la pérdida de control, debido a que el sujeto adicto no tiene control sobre esa conducta, además que la misma le produce dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia y una incidencia negativa muy importante en su vida, causando un deterioro en sus relaciones interpersonales bien sea en el ámbito escolar, familiar o laborar, problemas de salud, que van a ser en muchos casos la causa de que acuda en búsqueda de tratamiento o mayormente en los adolescentes son sus padres quienes lo obliguen a buscarlo (Serrano, s.f.).
ADICCIÓN VS COMPULSIÓN
Las compulsiones, están definidas en DSM IV como comportamientos repetitivos (lavarse las manos en exceso, orden o control en exceso, entre otros) o actos mentales (como rumiar, contar o hablar silenciosamente), los cuales son llevados a cabo para reducir el dolor o la ansiedad y no para proveer placer o gratificación (APA, 1994, c.p. Romero, 2008).
Los comportamientos compulsivos típicos en la mayoría de los casos, intentan prevenir eventos aterradores o reducir el dolor más que lograr un estado u objetivo deseado. Las compulsiones no están conectadas en forma real con lo que están designadas para neutralizar o prevenir, o son claramente excesivas y aun cuando los pacientes no ven que su comportamiento compulsivo es irracional, no experimentan placer. El DSM IV maneja sólo experiencias conscientes (placer) y no considera conducciones y gratificaciones que pueden ser inconscientes (Romero, 2008).
El neurótico compulsivo se siente forzado a hacer algo que no le gusta hacer, en contra de sus propios deseos, a diferencia del perverso quien se siente forzado a que le guste algo aun en contra de su voluntad. Los sentimientos de culpa pueden oponerse a sus impulsos, no obstante, en el momento de la excitación siente el impulso en sintonía con su yo, como algo que quiere hacer para lograr un placer positivo (Fenichel, 1945, c.p. Romero, 2008).
El comportamiento en la compulsión, tiende a ser más repetitivo, pero estereotipado, en la adicción por su parte el comportamiento es repetido en frecuencia pero no repetitivos en sí mismo, son más complejos y menos estereotipados. Por otra parte, la función primaria de la compulsión es aliviar la ansiedad y otros sentimientos dolorosos, mientras que la función de las adicciones es producir placer y aliviar sentimientos dolorosos.
POSIBLES CAUSAS DE LAS ADICCIONES
4.1. PERSONALES:
Adolescencia y vulnerabilidad:
Es importante recordar que la adolescencia es una etapa difícil, donde suele existir una desideliazación del padre y la madre, por lo que los jóvenes dejan de sentir la protección que representaban sus padres en los primeros años de edad. Los sentimientos contradictorios le pueden provocar angustia y temor, por lo que los pueden llevar a buscar protección en algunos grupos, cuando esta búsqueda se da en un marco de normalidad puede resultar positiva para el desarrollo de la personalidad, pero en otros casos, lamentablemente, esa necesidad de protección y drenar la angustia la encuentran en el consumo de sustancias adictivas.
Aunado a esto algunos estudios revelan que los adolescentes son más vulnerables que los adultos a incluirse en adicciones, puesto que las regiones del cerebro que gobiernan el impulso y la motivación no están totalmente formadas a edades tempranas, por lo que las investigaciones muestran que muchos de los desordenes en el comportamiento de los adolescentes relacionados con adicciones son en realidad desordenes del desarrollo neuronal, ya que el sistema neurológico está menos maduro en estas edades, los adolescentes se ven empujados a realizar acciones impulsivas y comportamientos arriesgados, incluyendo experimentación con sustancias adictivas. Se puede decir que independientemente de los aspectos socioculturales, los cambios en el desarrollo de circuitos comprometidos en el control de los impulsos tiene implicaciones importantes para entender el comportamiento de los adolescentes, la vulnerabilidad de la adicción y la prevención de adicciones en la adolescencia (Chambers, Taylos y Potenza, 2003).