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CELULAS MADRE EN NAVIDAD Navidad. Tiempo de nacimiento. Pensamos en María yendo a ayudar a su prima Isabel y colaborando en el nacimiento de Juan junto a alguna de las matronas del pueblo, sin duda con más experiencia que la joven María. Luego María experimentaría su propio parto, sin duda ayudada por algunas mujeres de Belén que se apiadaron de esa jovencita que había venido de lejos. Y Jesús nació. No deben haber bajado ángeles ni María debe haber dejado de sentir los dolores de parto. Porque era Dios hecho hombre. Y alguna de esas mujeres le habrá cortado el cordón umbilical para luego sentir el llanto de la vida. Hoy la ciencia recomienda la conservación del cordón umbilical (para quien pueda pagarlo) como elemento de obtención de células madres que servirían para en un futuro realizar un transplante o reparación de tejidos en ese mismo individuo, permitiendo la curación o tratamiento de múltiples enfermedades. Las células madre del propio cordón no tiene riesgo de rechazo, son pluripotenciales (pueden transformarse en células especializadas) y además no presentan problemas éticos para su obtención. Recientemente el Hospital Infantil de Oakland, ha demostrado que la placenta puede ser más rico en células madres que el propio cordón umbilical. La europea Crio-cord, ofrece sus servicios por unos dos mil euros asegurando la conservación de las células del cordón por veinte años. Tiene ya almacenadas más de 120000 muestras. En Uruguay hay representantes de la norteamericana New England Cord Blood Bank. Y mientras tanto en la sencillez de un pesebre seguimos diciendo ¡Feliz Navidad! Humberto Gutiérrez Regal |