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La Cadera: La cadera es la articulación donde se une el hueso del muslo con el de la pelvis. Las caderas son articulaciones en rótula donde la extremidad superior en forma de bola del hueso del muslo (fémur) se mueve dentro de una cavidad situada en la pelvis. Las caderas son muy estables. Cuando están sanas, hace falta mucha fuerza para lastimarlas. Sin embargo, algunas veces los deportes, correr, y otros movimientos o actividades fisicas pueden causar fracturas. ![]() La Fractura: Una fractura es una ruptura, generalmente en un hueso. Si el hueso roto rompe la piel, se denomina fractura abierta o compuesta. Las fracturas comúnmente ocurren debido a accidentes automovilísticos, caídas o lesiones deportivas. Otra causa es la osteoporosis, que causa debilitamiento de los huesos. El exceso de uso puede provocar fracturas por estrés, que son fisuras muy pequeñas en los huesos. Los síntomas de una fractura son: * Dislocamiento de una extremidad o una articulación * Hinchazón, hematomas o hemorragias * Dolor intenso * Entumecimiento y hormigueo * Movilidad limitada o incapacidad para mover una extremidad Ante una fractura, deberiamos obtener ayuda médica de inmediato. Algunas veces es necesario usar cirugía para colocarles placas, clavos o tornillos y así mantener el hueso en su lugar. Tipos de Fracturas: Una fractura de cadera en el extremo proximal del fémur, de cadera es una fractura por fragilidad, debido a una caída o traumatismo menor en una persona con osteoporosis que debilita sus huesos. La mayoría de las fracturas de cadera en personas con un hueso normal son resultado de traumatismos de alta energía, tales como accidentes de tránsito. Existen muchos subtipos de fracturas que afectan la articulación de la cadera, las cuales se reúnen coloquialmente como "fracturas de cadera". Aunque una verdadera fractura de cadera implica la articulación, las siguientes cuatro fracturas de fémur proximal se conocen comúnmente como "fracturas de cadera". Las diferencias entre ellos son importantes porque cada uno recibe un tratamiento diferente. ![]() * Fractura de la cabeza femoral: indica la aparición de una fractura de la cabeza del fémur. Esta suele ser el resultado de traumatismos de alta energía y a menudo se acompaña con una dislocación de la articulación de la cadera. * Fractura de cuello femoral: (conocida también como cuello del fémur, fractura subcapital o intracapsulares) denota una fractura al lado de la cabeza femoral a nivel del cuello, entre la cabeza y el trocánter mayor. Estas fracturas tienen una propensión a dañar el suministro de sangre a la cabeza femoral, potencialmente causando necrosis avascular. * Fractura intertrocantérica: denota una fractura en la que la línea de rotura ósea está entre el trocánter mayor y el menor, a lo largo de la línea intertrocantérica. Es el tipo más común de fractura de cadera y el pronóstico de curación ósea es generalmente bueno si el paciente es saludable. * Fractura subtrocantérica: se localiza en el eje largo del fémur inmediatamente debajo del trocánter menor y se puede extender hacia la diáfisis del fémur. Epidemiología La edad media de los pacientes con fractura de cadera está por encima de los 80 años, y casi el 80% de los fracturados son mujeres. El riesgo anual de sufrir una fractura de cadera se relaciona con la edad, y alcanza un 4% de riesgo en las mujeres con más de 85 años. Transcurrido 1 año de la fractura ha muerto aproximadamente 1/3 de los pacientes. Es decir, sólo un tercio de muertes son directamente atribuibles a la fractura de cadera, aunque los pacientes y sus familiares piensan a menudo que la fractura ha jugado un papel crucial en la muerte del paciente. Por otro lado más de un 10% de los supervivientes quedan incapacitados, con gran dependencia, sin posibilidad de retornar a su previa residencia. ¿Cómo ocurren las fracturas de cadera? La mayoría de las fracturas de cadera son el resultado de una caída, mientras que tan sólo en el 5% de los casos no se encuentran datos de una acción traumática. La fractura de cadera, dada la avanzada edad de los pacientes, tiene un origen multifactorial: tendencia a caerse, fallo de los reflejos y debilidad de la consistencia ósea por osteoporosis. El porcentaje de fracturas de cadera es tres veces más elevado en los individuos que viven en residencias geriátricas. ¿Cómo se diagnostica y se clasifica una fractura de cadera? La mayoría de las fracturas de cadera son diagnosticadas tras una caída que trajo como consecuencia dolor en la cadera, imposibilidad de caminar, o bien, estando el paciente acostado cuando la extremidad afectada muestra el pie rotado hacia fuera. En un 15% de los casos los fragmentos óseos, a ambos lados de la línea de fractura, no se encuentran desplazados (fractura “enclavada”) y los datos radiográficos pueden ser mínimos, incluso la fractura puede no ser visible en las radiografías simples, por lo que son necesarias otras técnicas como la resonancia nuclear magnética. La curación de las fracturas intracapsulares se complica por el escaso riego sanguíneo de la cabeza del fémur: los vasos que pasan hacia la cabeza femoral para irrigarla, pueden ser lesionados, especialmente si los fragmentos de la fractura se desplazan, lo que conduce a la necrosis de la cabeza. Este problema no ocurre en las fracturas extracapsulares. Tratamiento El tratamiento conservador es raras veces aplicado en la actualidad dados sus pobres resultados y la larga estancia hospitalaria. Aunque algunas fracturas intracapsulares, sin desplazamiento de sus fragmentos, podrían ser tratadas con analgésicos, unos días de reposo y movilización suave y progresiva, el riesgo de un desplazamiento de los fragmentos es elevado, por lo que se hace una fijación interna de la fractura. Las fracturas extracapsulares podrían ser tratadas, en principio, mediante tracción ejercida sobre la extremidad inferior, pero esta tracción debe ser mantenida durante uno a dos meses. No hay que olvidar que, los pacientes ancianos, que de manera típica sufren las fracturas de cadera, soportan muy mal una prolongada inmovilización. LA MAYORÍA DE LAS FRACTURAS DE LA CADERA SON TRATADAS QUIRÚRGICAMENTE. Las fracturas intracapsulares, que afectan al cuello del fémur, pueden ser tratadas mediante la fijación mecánica de la fractura, conservando la cabeza femoral, la opción mas apropiada para las fracturas sin desplazamiento y para las fracturas desplazadas en pacientes más “jóvenes” (por debajo de los 70 años). En los más ancianos o más frágiles, las fracturas intracapsulares con desplazamiento pueden ser tratadas también mediante reducción (acomodar los fragmentos óseos desplazados a su posición normal) y fijación (colocación de una dispositivo metálico que “fija” a los fragmentos reducidos en la posición apropiada); sin embargo, la incidencia de necrosis de la cabeza femoral y de pseudoartrosis (fracaso en la unión de los fragmentos a nivel de la fractura) es muy elevada, por lo que en la mayoría de los casos la cabeza femoral, que se encuentra en grave riesgo de necrosis, es retirada quirúrgicamente. Las opciones para sustituir la cabeza femoral son una hemiartroplastia (procedimiento en el que sólo es sustituida la cabeza femoral) o una artroplastia total de la cadera, técnica en la que las dos partes de la articulación son sustituidas por una prótesis fijada con un cementado especial (prótesis cementadas). Para fijar las fracturas extracapsulares (que afectan a los trocánteres) han sido fabricados diversos modelos de placas, tornillos y clavos. Las fracturas subtrocantéreas se fijan con tornillos especiales introducidos en la médula ósea (fijación intramedular). Rehabilitación La rehabilitación debe comenzar desde el momento de la admisión. Es importante que el paciente y la familia conozcan el plan terapéutico elegido, junto con las recomendaciones para después del alta hospitalaria. Esto los ayuda a organizarse, como, por ejemplo, mudar la cama a la planta baja. Muchos pacientes con fractura de cadera temen morir o quedar discapacitados y es importante que reciban las explicaciones necesarias para restablecer su estado de ánimo. La evaluación debe comprender la identificación de los impedimentos para la recuperación, objetivos realistas y una rehabilitación coordinada. Existen cinco categorías de rehabilitación: Cuidado propio de la sala de traumatología, con grados variables de asistencia geriátrica. Tratamiento inicial en la sala de traumatología, con el traslado posterior a un hospital con unidad de rehabilitación ortopédico-geriátrica. Tratamiento inicial en una sala de traumatología, con el traslado posterior a una sala de enfermería especializada, para atención y rehabilitación domiciliaria. Cuidado en una sala en la que combinen el cuidado quirúrgico traumatológico con la atención geriátrica y la rehabilitación, hasta el alta hospitalaria. La capacidad para caminar tras la fractura de cadera varía de unos estudios a otros, dependiendo fundamentalmente de las características de la población estudiada, de la forma de medirla y del tiempo de recuperación considerado tras la fractura. ¿Pueden prevenirse estas fracturas? Se recomienda el siguiente plan de actuación:
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