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![]() Se trata de un trastorno inflamatorio grave, que afecta a hombres y mujeres de todas las edades por igual, con una incidencia en jóvenes adultos (25 - 35 años) y mujeres premenopáusicas (alrededor de 50 años). Es una enfermedad sistémica, las causas son desconocidas (se sabe que se genera a partir de una sucesión de factores multifactorial y que entre ellos se encuentra la predisposición genética). Está caracterizada por provocar inflamación crónica mediada por inmunidad (el factor reumatoide es un autoanticuerpo que tiene la función de las Ig xo que actúa sobre las articulaciones, destruyéndolas). Afecta a las articulaciones diartrodiales, vainas tendinosas y bursas sinoviales (a las estructuras q poseen membrana sinovial). Ocasionalmente existen complicaciones extraarticulares. Los síntomas son muy variables, pero lo más frecuente es una afectación de manos y pies. Hablamos también de una enfermedad sistémica ya que en niveles avanzados se produce una afectación de órganos diferentes a las articulaciones. Aunque la Artritis Reumatoide no se cura, existe un tratamiento de mantenimiento (de por vida) que puede dar al enfermo una buena calidad de vida, y que ha de ser siempre individualizado. Por una parte está el tratamiento farmacológico (es el pilar fundamental, y hablamos de los fármacos modificadores de la enfermedad), y por otra el tratamiento no farmacológico. De este último destacar el llevar una dieta adecuada, no fumar, tomar una ducha caliente para mejorar la rigidez matutina o restringir las bebidas alcohólicas. En la medida de lo posible también se recomienda el realizar ejercicios adecuados, en los momentos de menor dolor y rigidez. Caminar, bicicleta estática o movimientos circulares de las articulaciones serían un buen ejemplo, pero tratando siempre de encontrar el término medio, y desechando evidentemente la realización de deporte de contacto físico, de saltos o de choques. |