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INTRODUCCIÓN Los trastornos musculosqueléticos se encuentran entre los problemas más importantes de salud en el trabajo, tanto en los países desarrollados como en los en vías de desarrollo. Afectan a la calidad de vida de la mayoría de las personas durante toda su vida, y su coste anual es grande. Se cree que la proporción de las enfermedades musculosqueléticas atribuibles al trabajo es de alrededor del 30 %. La mayor parte de las enfermedades musculosqueléticas producen molestias o dolor local y restricción de la movilidad, que pueden obstaculizar el rendimiento normal en el trabajo o en otras tareas de la vida diaria. Casi todas las enfermedades musculosqueléticas guardan relación con el trabajo, en el sentido de que la actividad física puede agravarlas o provocar síntomas, incluso aunque las enfermedades no hayan sido causadas directamente por el trabajo, en casi todos los casos intervienen varios factores. En muchas enfermedades musculosqueléticas, la sobrecarga mecánica en el trabajo y en el tiempo libre constituye un factor causal importante. Una sobrecarga brusca, o una carga repetida y mantenida, pueden lesionar diversos tejidos del sistema musculosquelético. Por otra parte, un nivel de actividad demasiado bajo puede llevar al deterioro de los músculos, tendones, ligamentos, cartílagos e incluso huesos. Los músculos son la localización más frecuente del dolor. En la región lumbar, los discos intervertebrales son los tejidos que habitualmente presentan problemas. En el cuello y las extremidades superiores son frecuentes los trastornos de tendones y nervios, mientras que en las extremidades inferiores es la osteoartritis el proceso patológico más importante. El método primario para la prevención de los trastornos musculosqueléticos relacionados con el trabajo es volver a diseñarlo para optimizar la carga de trabajo y hacerla compatible con la capacidad de rendimiento físico y mental de los trabajadores. También es importante estimularles para que se mantengan en forma mediante el ejercicio físico regular. ANATOMIA Y FISIOLOGIA DEL APARATO OSTEO-MUSCULAR ESQUELETO Componentes El esqueleto humano está constituido por 206 huesos, y 250 articulaciones. Alguno de los huesos presentes en el niño de forma aislada se sueldan en la edad adulta formando un hueso único, por lo que en este el número de hueso es mayor que en el adulto. El esqueleto humano se componen esencialmente de una larga columna denominada columna vertebral, dispuesta verticalmente y constituida por una serie de huesos denominados vértebras. Esta columna sostiene por arriba el cráneo y la cara. Por su parte inferior, la columna se perfila formando el sacro y el cóccix. De la parte media de la columna y de los lados de la misma se desprenden unos arcos denominados costillas, que por delante se articulan con otra columna más corta conocida con el nombre de esternón. Las costillas junto con la columna vertebral y el esternón, forman el tórax. Por último, de la parte superior del tórax y de la parte inferior de la columna surgen dos pares de miembros conocidos como extremidades superiores y extremidades inferiores respectivamente. Todos estos elementos óseos se encuentran unidos entre sí por medio de las articulaciones, las cuales permiten que su funcionamiento sea coordinado y dinámico, posibilitando así el movimiento. Funciones del esqueleto El sistema óseo realiza en el organismo dos funciones principales. Por un lado, los huesos, situados en medio de las partes blandas, sirven a esta de apoyo e incluso a veces presentan cavidades más o menos profundas donde alojarlas y protegerlas. Los huesos que tienen como misión principal servir de soporte poseen una resistencia especial. Es el caso de la columna vertebral, la cual, por su situación, configuración y constitución, posee una elevada capacidad de resistencia. Por otro lado, los huesos de las extremidades, las articulaciones y los músculos constituyen el aparato locomotor, el cual permite al hombre y a la mayoría de animales su desplazamiento en el medio en que viven. Estos huesos, que tienen como misión principal posibilitar el movimiento, forman parte, por uno o ambos extremos, de las articulaciones, que son los elementos dinamizadores del sistema óseo. ARTICULACIONES Se define articulación como la unión de dos o más huesos entre sí, los cuales son mantenidos en su posición por estructuras blandas que permiten el movimiento de los huesos involucrados en la misma. C ![]() Articulaciones fibrosas o sinartrosis: Se caracterizan por no tener movimiento. Sus superficies articulares están unidas entre sí por tejido fibroso. Reciben el nombre de suturas. ![]() Articulaciones cartilaginosas o anfiartrosis: Permiten pequeños movimientos de deslizamiento. Las superficies articulares están unidas entre sí por fibrocartílago. Generalmente se denominan sínfisis. Articulaciones sinoviales o diartrosis: Permiten el libre movimiento de las superficies articulares. Las superficies articulares de estas articulaciones están recubiertas de una gruesa capa de cartílago hialino que permite el deslizamiento de una sobre la otra. La cápsula articular es una capa de tejido fibroso que envuelve y cubre las superficies articulares aislándolas del exterior. Generalmente es reforzada por bandas de tejido fibroso llamadas ligamentos y que al igual que la cápsula limitan los movimientos indeseables haciéndola más estable. La membrana sinovial tapiza la cara profunda de la cápsula articular y todas aquellas superficies óseas que no estén cubiertas de cartílago, su finalidad es producir el líquido sinovial. La membrana sinovial secreta el líquido sinovial que actúa como lubricante y evita la fricción y el desgaste. Clasificación de las diartrosis: A ![]() T ![]() T ![]() ![]() Condilartrosis: las superficies articulares tienen forma elíptica, siendo una convexa y la otra cóncava. Realizan movimientos de flexión, extensión, abducción, aducción y circunducción. ![]() Por encaje recíproco (en silla de montar): cada una de las dos superficies articulares tiene una doble orientación que les permite adaptarse la una a la otra. Realizan movimientos de flexión, extensión, abducción, aducción y circunducción. ![]() Enartrosis: sus superficies articulares son segmentos de esfera uno cóncavo y el otro convexo. Realizan movimientos de flexión, extensión, abducción, aducción, rotación interna, rotación externa y circunducción. Estructuras que refuerzan las articulaciones:
HUESOS Constitución y clasificación ósea Los huesos están formados por tejido óseo el cual se considera un tejido conjuntivo especializado que se caracteriza por ser vivo, mineralizado, vascularizado y constantemente cambiante. Igualmente se caracteriza por su dureza, su elasticidad, su capacidad regenerativa y sus mecanismos de crecimiento. S ![]() Tejido óseo Composición química de los huesos Los huesos están formados por sustancias orgánicas e inorgánicas. Las sustancias orgánica sustituyente se denomina osteína y representa una tercera parte del hueso. Las sustancias inorgánicas son sales minerales, en forma de fosfato y carbonato de calcio, y representan las dos terceras partes del hueso. Clasificación Excepto en las superficies articulares recubiertas de cartílago todos los huesos del cuerpo están recubiertos por una membrana denominada periostio que se adhiere íntimamente al hueso y esta ricamente vascularizada e inervada. S ![]()
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Reparos óseos: son aquellas características representadas por depresiones, elevaciones y facetas que presentan los huesos y que le dan su forma peculiar. Generalmente son producidas por la inserción de tendones, fascias y ligamentos así como por el paso de vasos y nervios, a estos rasgos superficiales se les han dado diversos nombres con la finalidad de distinguirlos. Depresiones: las pequeñas depresiones de los huesos reciben diferentes nombres como son: fosas, surcos, cisuras, escotaduras, agujeros, conductos, canales, etc. Elevaciones: las elevaciones según su forma se clasifican en:
Facetas: las facetas se clasifican en:
La unión de todos los huesos forma el esqueleto, el cual consta de 206 huesos aproximadamente y se divide en, esqueleto axil y esqueleto apendicular. Esqueleto de la cara: el conglomerado óseo cuyo conjunto forma la cara se divide en dos porciones llamadas mandíbulas: mandíbula superior (vómer, maxilar inferior, malar, unguis, cornete inferior, hueso propio de la nariz y palatino) y mandíbula inferior (formada por un solo hueso, maxilar inferior). Esqueleto axil: está formado por la columna vertebral, el cráneo y los huesos del tórax. Huesos del cráneo: El cráneo está constituido por ocho huesos, cuatro pares y cuatro impares son el frontal, el etmoides, el esfenoides y el occipital. Los cuatro huesos pares son los dos parietales y los dos temporales. Esqueleto apendicular: formado por el miembro superior y el miembro inferior. Miembro superior: El miembro superior está formado por 4 segmentos, que son desde la raíz del miembro hasta su extremo libre:
Miembro inferior: El miembro inferior o pelviano comprende, lo mismo que el miembro superior, 4 segmentos que desde la raíz del miembro hasta su extremo libre son:
Funciones del Sistema esquelético. El hueso y el cartílago forman parte de los tejidos conjuntivos especializados que constituyen el sistema esquelético. El hueso es un tejido vivo que se repone a sí mismo continuamente. Su dureza es la adecuada para la tarea de proporcionar una función de soporte mecánico, mientras que la elasticidad del cartílago lo es para proporcionar a las articulaciones la capacidad de moverse. Tanto el cartílago como el hueso están formados por células especializadas que producen y controlan una substancia intercelular de material en su exterior. La parte externa del hueso se denomina corteza, y está formada por hueso compacto. La parte interna es más esponjosa (hueso trabecular) está rellena de médula ósea formadora de sangre (hematopoyética). Las partes interna y externa del hueso poseen diferentes índices de recambio metabólico. El hueso trabecular se regenera a mayor velocidad que el hueso compacto, motivo por el que la osteoporosis se observa primero en los cuerpos vertebrales de la columna, que poseen grandes cantidades de hueso trabecular. El hueso del cráneo y de otras zonas específicas se forma directamente mediante formación ósea (osificación intramembranosa), sin pasar por fase intermedia de cartílago. Los huesos largos de las extremidades se desarrollan a partir de cartílago, por un proceso denominado osificación endocondral. Este proceso es el que da lugar al crecimiento normal de los huesos largos, a la reparación de las fracturas y, en la vida adulta, a la formación específica de hueso nuevo en las articulaciones con osteoartritis. En circunstancias normales, se reabsorbe el tejido óseo viejo al tiempo que se genera tejido óseo nuevo. COLUMNA VERTEBRAL La columna vertebral, es una compleja estructura osteofibrocartilaginosa articulada y resistente, en forma de tallo longitudinal, que constituye la porción posterior e inferior del esqueleto axial. La columna vertebral es un órgano situado (en su mayor extensión) en la parte media y posterior del tronco, y va desde la cabeza (a la cual sostiene), pasando por el cuello y la espalda, hasta la pelvis (que le da soporte).
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