4.- Para tomar el pulso Se colocan dos dedos en las alterias de la muñeca o del cuello. Deben sentirse aproximadamente 60/80 latidos por minuto en adultos, 100/120, y 140 en recién nacidos.
5.- Para verificar que el paciente respira Acerque su oído a la nariz del lesionado, para oír y sentir el aliento.
Acerque el dorso de su mano a la nariz para sentir el aliento.
Si es posible, coloque su mano bajo el tórax para sentir el movimiento.
Coloque un espejo cerca de la fosa nasal, para ver si se empeña.
El número de respiraciones normales es de 15 a 20 por minuto.
6.- Para checar los reflejos Golpee la córnea para ver si el párpado responde con un movimiento.
Observe si la pupila se contrae al inducir un rayo de luz sobre ella.
Pellizque o pinche la parte interna del brazo o pierna, la cual debe moverse como respuesta.
7.- Hemorragia Profusa Una hemorragia profusa proviene de la laceración de una o varias venas o arterias. Pérdida de sangre por éstas heridas puede causar la muerte del accidentado en 3 a 5 minutos.
N O PIERDA TIEMPO...PONGA SU MANO DIRECTAMENTE SOBRE LA HERIDA Y MANTENGA UNA PRESION CONSTANTE.
Ponga un pañuelo o pedazo de tela limpia sobre la herida y presione firmemente con la mano. Si no tiene pañuelo o un pedazo de tela, trate de cerrar la herida con sus dedos y cúbrala con la mano.
Aplique presión directamente sobre la herida, mantenga firmemente el pañuelo o pedazo de tela sobre la herida, con un vendaje hecho de pedazos de trapo o una corbata.
Levante la parte afectada a un nivel más alto del cuerpo, si no hay fractura.
Mantenga a la víctima acostada.
Llame al médico.
Ahora debe revisar las necesidades de las otras víctimas. Trate de parar la hemorragia o sangrado y mantener la respiración en el mayor numero de víctimas que pueda. Luego regrese a ver al primer accidentado en el que paró la hemorragia y haga lo siguiente:
Mantenga a la víctima abrigada. Cúbrala con sábanas u otra cubierta y ponga algo por debajo de él, para que el accidentado no esté sobre superficie mojada, fría o húmeda.
Si el accidentado está consciente y puede pasar líquidos, dele un poco de té, café o agua.
Use un torniquete en el caso que no pueda controlar una hemorragia debido a trituración, amputación o laceración accidental de un brazo o una pierna. C omo torniquete, use un pedazo ancho y resistente de cualquier tela. Nunca use alambre, soga u otro material parecido. Aplique el torniquete alrededor de la parte superior del miembro y por encima de la herida. Amarre un medio nudo, ponga un pedazo de palo o rama encima y haga otro nudo, y dele vueltas hasta que ajuste lo suficientemente para parar la hemorragia. Marque la frente del paciente con las letras "TQ" que significa Torniquete. No cubra el torniquete. En el caso que el doctor se demore en llegar, afloje el torniquete cada 20 minutos. Si la hemorragia ha parado, deje el torniquete ligeramente suelto y listo para volverlo a ajustar en caso de que el sangrado se presente nuevamente. Vigile el torniquete constantemente hasta que la víctima sea hospitalizada. Si el accidentado está inconsciente o se sospecha de una herida en el abdomen, no le dé ninguna clase de líquidos.
8.- Respiración de Salvamento Hay necesidad de ayudar a respirar a la víctima cuando han cesado los movimientos respiratorios o cuando los labios, la lengua o uñas de los dedos se tornan azules. En caso de duda, comience con la respiración artificial. Esto no va a dañar al accidentado en caso de que no lo necesite, pero, una demora puede costarle la vida, si realmente necesitaba respiración artificial. Respiración Artificial: Comience inmediatamente. Cada segundo que pasa es muy importante.
Revise la boca y la garganta para remover obstrucciones.
Coloque a la víctima en posición apropiada y comience la respiración artificial.
Mantenga un ritmo respiratorio regular de 15 respiraciones por minuto.
Manténgase en la misma posición Una vez que la víctima comienza a respirar, esté alerta para poder iniciar otra vez la respiración artificial en caso necesario.
Llame a un médico.
No mueva a la víctima a no ser que sea absolutamente necesario para sacarla de un sitio de peligro. No espere, o mire alrededor buscando ayuda.
Afloje las ropas, camisa, cinturón, cuello, corbata y mantenga a la víctima abrigada.
No se dé por vencido.
Método de Respiración Artificial Manual: Este método de respiración artificial debe usarse en caso de que por cualquier razón no pueda usarse el método de boca-a-boca.
Coloque a la víctima con la cara hacia arriba.
Ponga algo debajo de los hombros para mantener levantados los hombros del accidentado, de manera que, la cabeza caiga hacia atrás. Arrodíllese detrás de la cabeza del accidentado mirando hacia la cara de la víctima.
Tome ambas manos de la víctima y crúcelas hacia adelante, empujándolas contra la parte baja del pecho del accidentado.
I nmediatamente estire los brazos de la víctima hacia afuera, arriba y atrás, lo más que pueda.
REPITA ESTE MOVIMIENTO DE BRAZOS POR UN PROMEDIO DE 15 VECES POR MINUTO.
En el caso que se encuentre con la ayuda de otra persona, esta deberá sostener la cabeza hacia atrás y levantar la mandíbula hacia adelante.
Respiración de Boca-a-Boca
a.- En lactantes y Niños Pequeños: C oloque al niño con la cara hacia arriba. Incline la cabeza del niño hacia atrás.
Levante con sus dedos la mandíbula inferior del niño en tal forma que sobresalga hacia afuera.
Mantenga al niño en ésta posición para que la lengua no obstruya el paso del aire.
Tome una respiración profunda y ponga su boca sobre LA BOCA Y NARIZ del niño.
Sople suavemente dentro de la boca y nariz del niño el aire que usted tomó, hasta que vea levantarse el pecho del niño y usted sienta que ha expandido sus pulmones. El aire que usted ha respirado dentro de los pulmones del niño tiene suficiente oxígeno para salvarle la vida.
Separe su boca de la del niño y deje que salga el aire.
Al sentir o ver que el aire ha salido, aspire aire nuevamente y ponga su boca sobre la boca y nariz del niño.
REPITA EL MISMO PROCEDIMIENTO 15 VECES POR MINUTO.
Cuando sea posible, ponga su mano sobre el estómago del niño. Use presión moderada para evitar que el estómago se llene de aire.
b.- Respiración Boca-a-Boca para Adultos: C oloque a la víctima con la cara hacia arriba.
levante el cuello de la víctima con una mano. Incline la cabeza hacia atrás y sosténgala con la otra mano. Busque obstrucciones en la boca.
Levante hacia arriba la mandíbula de la mano que sostenía el cuello. En ésta forma se evita que la lengua obstruya el paso de aire a los pulmones.
Aspire profundo, y ponga su boca sobre la boca o la nariz de la víctima. Presione su boca firmemente contra la boca de la víctima para que no se escape el aire.
sople el aire aspirado, dentro de la boca o nariz de la víctima, hasta que vea que el pecho se levanta. El aire que usted sopla dentro de los pulmones de la víctima tiene suficiente oxígeno para salvar la vida.
Separe su boca y deje que salga el aire que usted sopló dentro de la boca de la víctima.
En la Respiración Boca-a-nariz: Esté seguro de presionar su boca suficientemente contra la nariz del paciente y mantenga los labios de la víctima cerrados con los dedos de su mano, para que no se escape el aire en el momento de que usted sople aire dentro de la nariz de la víctima.
En la Respiración Boca-a-Boca:
Presione fuertemente sus labios contra los labios de la víctima y cierre la nariz del paciente en el momento que usted sople el aire dentro de la boca del paciente.
Apenas sienta usted que el aire ha salido, tome más aire y ponga su boca nuevamente sobre la boca o nariz del paciente y vuelva a respirar por él.
REPITA EL MISMO PROCEDIMIENTO 15 VECES POR MINUTO.
Ventajas de la Respiración Boca-a-Boca La víctima no necesita colocarse en posición especial, o sobre el suelo. La respiración de boca-a-boca puede administrarse en el agua o en cualquier lugar.
No se necesita de aparatos especiales.
La persona que proporciona los primeros auxilios puede mantener la respiración de boca-a-boca por varias horas sin fatigarse, aún con víctimas de mayor tamaño.
Las manos se pueden mantener libres para usarlas en colocar la cabeza estirada hacia atrás y levantar la mandíbula hacia arriba. Esto evita la obstrucción de la entrada del aire a los pulmones, que es el motivo de fracaso más común en la respiración artificial.
El que administra este tipo de respiración puede ver, sentir y escuchar, los efectos cada vez que sopla aire dentro de los pulmones del paciente.
Además, él puede controlar la cantidad de aire, el número de respiraciones y la presión necesaria para soplar aire dentro de la boca de la víctima.
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