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ANTIMICÓTICOS Se entiende por antifúngico o antimicótico a toda sustancia que tiene la capacidad de evitar el crecimiento de algunos tipos de hongos o incluso de provocar su muerte. Dado que los hongos además de tener usos beneficiosos para el ser humano (levadura del pan, hongos de fermentación de los quesos, los vinos, la cerveza, entre otros muchos ejemplos) forman parte del colectivo de seres vivos que pueden originar enfermedades en el ser humano, el conocimiento y uso de los anti fúngicos es de vital importancia a la hora de tratar muchas enfermedades. . ![]() El término micosis designa a las infecciones causadas por hongos microscópicos. Algunas micosis de hongos saprófitos que se encuentran en piel y mucosas se vuelven patógenas cuando baja la resistencia del huésped o cuando existen condiciones locales o generales para su desarrollo. Se puede clasificar a las micosis en:
Los fármacos son clasificados como: Antimicóticos locales o tópicos y Antimicóticos sistémicos MICOSIS Tratamiento más complicado que en infecciones bacterianas Las micosis superficiales se encuentran en piel y faneras con escasa o nula vascularización Las micosis profundas producen respuestas granulomatosas que impiden una buena penetración del fármaco. Los antimicóticos son poco solubles y los hongos son de crecimiento lento, con pared celular con quitina, poliósidos, fosfolípidos y esteroles, ausentes generalmente en bacterias. MICOSIS PROFUNDAS Se han incrementado en forma secundaria a la utilización de antibióticos de amplio espectro, corticoide, citostáticos o inmunosupresores (trasplantes de órganos) o en pacientes comprometidos (SIDA) Las micosis generalizadas producen un cuadro clínico poco característico, haciendo muy difícil el diagnóstico. Existen métodos para la detección del hongo, como por ejemplo examen microscópico directo, cultivos, tinciones especiales, etc. Estos cuadros se deben tratar en general en el hospital ANTIMICÓTICOS Los fármacos más efectivos son los que afectan la membrana celular del hongo como los macrólidos poliénicos y los azoles Otros antifúngicos importantes son los que afectan al ARN (5-fluorocitosina) o los que interactúan con los microtúbulos e impiden la división celular (griseofulvina) ANFOTERICINA B Después de más de 30 años de uso aún sigue siendo el medicamento de elección para la mayoría de las infecciones fúngicas. Se obtiene de Streptomyces nodosus, es un macrólido poliénico (polieno porque tiene muchos enlaces dobles, macrólido porque tiene un anillo lactónico voluminoso de 12 o más átomos). Uso sistémico (i.v.): se utiliza una preparación coloidal, es un polvo amarillo que contiene 0,8 mg de deoxicolato sódico por cada mg de anfotericina B, se disuelve en solución de glucosa al 5%, no utilizar c/soluciones de electrolitos, ácidas o con conservadores porque pueden causar la precipitación del agente. ANFOTERICINA B: M. DE ACCIÓN Los ATB poliénicos (Anfotericina B y Nistatina), se unen a esteroles de las membranas del hongo, (ergosterol), produciendo poros o canales,↑ la permeabilidad celular, se pierden cationes intracelulares y daño irreversible. Mecanismo adicional: daño oxidativo. Las bacterias no son sensibles porque carecen de ergosterol, (esencial p/unión a la membrana). La anfotericina puede unirse en grado variable al colesterol de las células de mamíferos, siendo ésta una de las causas de toxicidad de este agente. RECUERDO HISTÓRICO Aun cuando los intentos científicos de encontrar sustancias que fueran efectivas contra los hongos son más antiguos, es a partir de la década de 1940 cuando se aplican en el estudio de los benzinidazoles, trabajo que dará su fruto a partir de la década de 1960.[] Otras líneas de investigación, a partir de sustancias elaboradas por otros seres vivos, llevan al descubrimiento en 1955 de la anfotericina B, y a su uso en humanos a partir de finales de la década de 1950. Esta sustancia, al demostrar su utilidad, se convierte en el patrón de referencia de todos los nuevos antifúngicos descubiertos desde entonces, sobre todo porque podía utilizarse por vía parenteral.[] A partir de este momento son numerosos los descubrimientos de nuevas sustancias que tienen propiedades antifúngicas. La mayoría sólo ocuparán un lugar en el tratamiento tópico (clotrimazol, miconazol o econazol, por citar sólo los primeros de una larga lista), pero algunos de ellos alcanzarán mayor transcendencia por la posibilidad de usarlos por vía parenteral, lo que les da una vital importancia en el tratamiento de enfermedades mortales hasta ese momento. Así, en la década de 1970 aparece la flucitosina; en la de 1980, el ketoconazol; en la de 1990, el fluconazol y el itraconazol, así como mejoras en las formulaciones de antifúngicos más antiguos. En los primeros años del siglo XXI han aparecido o se encuentran en avanzado estudio al menos ocho fármacos nuevos, y se están investigando nuevos grupos que pueden traer consigo la síntesis de mejores antifúngicos. Algunos: imidazoles, triazoles, polienos pueden utilizarse en forma local o sistémica Algunas micosis superficiales pueden tratarse por vía sistémica, con griseofulvina o ketoconazol (concentran en capa córnea o en los lípidos cutáneos) ![]() RECOMENDACIONES DE USO El principal problema de los antifúngicos, al igual que del resto de los antibióticos, es la posibilidad de aparición de resistencias a los mismos por parte de los seres vivos objeto de su uso. En los hongos se reconocen tres formas diferentes de resistencia a los antifúngicos, y al menos una de ellas depende del contacto que hayan tenido previamente los hongos con las sustancias implicadas. Así, el uso de productos inadecuados, a la dosis inadecuada, o durante un período de tiempo demasiado corto, puede facilitar el cambio en las características del hongo y pasar de ser sensible a un antifúngico a resistente al mismo. Y no solamente eso. La similar estructura de muchos de los antifúngicos empleados hace que presenten resistencia cruzada. Los quirófanos son una posible fuente de infección hospitalaria Es decir, que siendo un hongo resistente a un miembro del grupo (por ejemplo el itraconazol, derivado triazólico) puede también presentar resistencia a los otros fármacos del mismo grupo (por ejemplo el fluconazol, otro derivado triazólico).[] Los médicos hospitalarios han de enfrentarse a infecciones más complicadas y resistentes al tratamiento, por lo que tienen especial cuidado en utilizar los antifúngicos, y en general todos los antibióticos, de la forma más útil posible. Por ello en la mayoría de los hospitales se elaboran protocolos y guías de uso de antifúngicos con la doble finalidad de curar la enfermedad lo antes posible y evitar la aparición de nuevas resistencias. De igual manera, y como norma general, la mayoría de los organismos estatales responsables del control de los medicamentos de uso humano tienen elaboradas guías de prescripción en antibioticoterapia.[] El uso racional de los antifúngicos, y de los antibióticos en general, es una responsabilidad de todos de cara al futuro. FARMACOCINETICA Y FARMACODINAMIA Las micosis son menos comunes en comparación con las virosis y la infección bacterianas. Son más frecuentes en los pacientes con alteraciones en los mecanismos de defensa quemados, post quirúrgicos, dm, ca, inmunodeficiencias. Su uso está limitado por su toxicidad. Imidazoles: fungistaticos o fungicidas dependiendo de su concentración. Inhiben la síntesis de la membrana por bloqueo en la incorporación de ergosterol. Interactúa con el citocromo p 450, 14ª demetilasa suprimiendo la síntesis de ergosterol. A altas causan perdida de potasio y otros componentes, también inhiben la ATP asa de membrana. Altera la cadena respiratoria.
FARMACOCINETICA:
Ev: se une 90% a proteínas, tiene varias fases de distribución y eliminación. Vida ½ 24- 48 horas. Penetra a serosas y LCR Excreción por ruta no clara, 3% por orina.
IMIDAZOLES:
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