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![]() ![]() ![]() Los antieméticos sólo deben prescribirse si se conoce la causa del vómito porque, por lo demás, pueden retrasar el diagnóstico, sobre todo en pediatría. Los antieméticos son innecesarios y, a veces, perjudiciales cuando se puede tratar la causa, por ejemplo, la cetoacidosis diabética o la intoxicación por sobredosis de digoxina o de antiepilépticos. Si está indicado el tratamiento con un fármaco antiemético, éste se escogerá según la causa del vómito. Los antihistamínicos son eficaces frente a las náuseas y vómitos producidos por muchos trastornos diferentes. No hay pruebas de que ningún antihistamínico ofrezca mejores resultados que los demás, si bien la duración de sus efectos en la incidencia de las reacciones adversas (somnolencia y efectos antimuscarínicos) difieren. Las fenotiazinas son antagonistas de la dopamina que actúan por vía central bloqueando la zona de activación de los quimiorreceptores. Son de especial interés en la profilaxis y tratamiento de las náuseas y vómitos asociados con las enfermedades neoplásicas difusas, la enfermedad por radiación y la émesis causada por fármacos como los opioides, los anestésicos generales y los citotóxicos. La proclorperazina, la perfenazina y la trifluoperazina son menos sedantes que laclorpromazina; las fenotiazinas pueden producir reacciones distónicas graves, sobre todo entre los niños. Otros antipsicóticos como el haloperidol y la levomepromazina (metotrimeprazina)(sección 4.2.1) también se emplean para aliviar las náuseas. Algunas fenotiazinas se suministran en supositorios para administración rectal, que pueden resultar útiles a los pacientes con vómitos persistentes o con náuseas intensas; la proclorperazina también se puede administrar en un comprimido bucal que se coloca entre el labio superior y la encía. La metoclopramida es un antiemético eficaz y su actividad se parece mucho a la de las fenotiazinas. Actúa directamente sobre el tracto gastrointestinal y ofrece resultados superiores a los de las fenotiazinas en la émesis asociada con las enfermedades gastroduodenales, hepáticas y biliares. La metoclopramida, en dosis de 10 mg, posee una eficacia limitada en las náuseas y vómitos postoperatorios. Hoy, la inyección de una dosis alta de metoclopramida se utiliza cada vez menos frente a las náuseas y vómitos inducidos por los fármacos citotóxicos. Como ocurre con las fenotiazinas, la metoclopramida puede inducir reacciones distónicas agudas, entre otras espasmos de la musculatura facial y esquelética y crisis oculógiras. Estos efectos distónicos son más comunes entre los niños (en particular, niñas y mujeres jóvenes) y los ancianos; suelen ocurrir inmediatamente después de iniciar el tratamiento con la metoclopramida y remiten en las primeras 24 h después de su retirada. La inyección de un antiparkinsoniano, como la prociclidina (sección 4.9.2), corta las crisis distónicas. La domperidona actúa sobre la zona de activación de los quimiorreceptores y se utiliza para aliviar las náuseas y los vómitos, sobre todo cuando se asocian con el tratamiento citotóxico. Posee la ventaja, sobre la metoclopramida y las fenotiazinas, de que induce menos efectos centrales del tipo de sedación y reacciones distónicas, pues no atraviesa fácilmente la barrera hematoencefálica. En la enfermedad de Parkinson previene las náuseas y los vómitos durante el tratamiento con apomorfina y también combate las náuseas causadas por otros dopaminérgicos (sección 4.9.1). La domperidona se emplea asimismo para tratar los vómitos inducidos por la anticoncepción hormonal urgente (Anticoncepción de urgencia). El dolasetrón, el granisetrón, el ondansetrón y el tropisetrón son antagonistas específicos de los receptores de 5HT3 que bloquean los receptores de 5HT3 del tracto gastrointestinal y del SNC. Se utilizan frente a las náuseas y vómitos de los pacientes que reciben fármacos citotóxicos así como frente a las náuseas y vómitos postoperatorios. El palonosetrón está autorizado para la prevención de las náuseas y vómitos relacionados con la quimioterapia citotóxica moderadamente o muy emetógena. La dexametasona ejerce efectos antieméticos y se emplea frente a los vómitos asociados a la quimioterapia anticancerosa. Se puede utilizar sola o junto con la metoclopramida, proclorperazina, lorazepam o antagonistas de 5HT3 (v. también Efectos adversos de los citotóxicos). El aprepitant, un antagonista de los receptores tipo 1 de la neurocinina, está registrado para prevenir las náuseas y vómitos agudos o tardíos asociados a la quimioterapia citotóxica basada en el cisplatino; se administra con la dexametasona y un antagonista de 5HT3. La nabilona es un cannabinoide de síntesis con propiedades antieméticas. Se puede emplear frente a las náuseas y vómitos causados por la quimioterapia citotóxica, si el paciente no responde a los antieméticos convencionales. Los efectos adversos, como somnolencia y mareos, se dan a menudo con las dosis habituales |
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![]() | «Trilogía de Nueva York» (Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada), y publicado en Anagrama, El país de las últimas... | ![]() | «Trilogía de Nueva York» (Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada), y publicado en Anagrama, El país de las últimas... |
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