 | Vicente blasco ibáÑEZ «¡Qué más podía desear! ¡Qué no había recibido de la suerte!» Su riqueza resultaba enorme: una riqueza americana de millones y millones. Además, era libre, podía cumplir todos sus gustos y su belleza se renovaba incesantemente, como una primavera sin término, gracias al lujo y a una higiene costosa 0.63 Mb. 14 стр. | totalmente abierta |