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TEMA 2 ORIGEN Y DESARROLLO DEL CASTELLANO Y DE LAS DEMÁS LENGUAS PENINSULARES. SITUACIÓN ACTUAL DE LAS LENGUAS DE ESPAÑA. CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS DEL CASTELLANO ACTUAL: VARIEDADES GEOGRÁFICAS. EL ESPAÑOL DE AMÉRICA, ÁREAS Y RASGOS PRINCIPALES. 1.- ORIGEN Y DESARROLLO DE LAS LENGUAS PENINSULARES La relativa homogeneidad del latín hablado en la Península fue desapareciendo a lo largo de la Edad Media. Las causas que desencadenaron este proceso fueron tanto de tipo lingüístico como geográfico, cultural y político. El aislamiento e incomunicación entre los diferentes núcleos de población cristiana también propició las diferencias entre las diversas hablas locales. Por último, la vecindad con otras zonas lingüísticas también repercutió en la formación de los diferentes dialectos (por ejemplo, es patente la influencia del provenzal en la formación del catalán, o la del vasco en la del castellano). Así pues, la situación lingüística de la Península entró en una imparable fase de fragmentación. Como consecuencia de la invasión musulmana, la variedad del romance visigodo propia de las regiones centrales y meridionales, más prestigiosa y relativamente uniforme, queda aislada y cohibida por el uso del árabe como lengua de cultura, mientras que las hablas norteñas se irán desplegando, en forma de abanico invertido, al compás de la Reconquista; pero al mismo tiempo iban diversificándose cada vez más entre sí, ya que entre los diversos territorios cristianos no era fácil ni frecuente la comunicación. Este proceso de diferenciación se produce entre los siglos VIII al XI, y su resultado será la aparición de los distintos dialectos romances. Situación lingüística protorromance (siglos VIII XI) Entre los pobladores cristianos que vivían en territorios dominados por los árabes, se desarrollaron diversas hablas, cuyo conjunto recibe el nombre de lengua mozárabe. Estas hablas convivieron con el árabe, que era la lengua de la cultura y de la administración, hasta que fueron siendo absorbidas por las lenguas norteñas a medida que avanzaba la reconquista. Como sabemos, el mozárabe dejó una importante huella literaria en las jarchas. Mientras tanto, a lo largo de la franja norte de la Península, habitada por núcleos cristianos, fueron surgiendo, de oeste a este: el gallego portugués, el astur leonés, el castellano, el aragonés y el catalán. En los primeros siglos, todas estas hablas se sitúan en el mismo plano de igualdad: son modalidades hermanas, desgajadas del tronco latino, y con existencia exclusivamente oral, ya que la lengua de la cultura y de la literatura continuaba siendo el latín. Pero las vicisitudes históricas les depararían distinto futuro a unas y a otras. Mientras el castellano, el catalán, el gallego más tarde el portugués adquirieron un importante cultivo literario y llegaron a constituirse en lenguas, el asturiano leonés y el aragonés se quedaron reducidas al uso familiar y local. El gallego portugués El primitivo gallego portugués resulta de la evolución del latín vulgar hablado en el noroeste de la Península, en las comarcas al norte y al sur del Miño, respectivamente. Con la Reconquista se extiende hacia el sur, y el siglo XIII ya abarca el mismo territorio de los actuales gallego y portugués. En la Edad Media tuvo un gran esplendor literario. Se adoptó como lengua de la lírica culta no sólo en su territorio, sino también en Castilla y León: en esa lengua compuso Alfonso X sus Cantigas. La prosa literaria aparece más tarde, y se cultiva sobre todo en Portugal. El gallego constituyó una sola lengua con el portugués durante la Edad Media. Aunque la independencia de Portugal como reino se había producido ya en el siglo XII, la diferenciación entre las dos lenguas y su consiguiente, escisión no se consuma hasta el siglo XV. El portugués, convertido en lengua nacional, se extiende, con los descubridores y colonizadores, por África, Asia y América, mientras que el gallego se va reduciendo al uso hablado familiar y local. Su resurgir ("Rexurdimento") se produce en la época romántica, con autores de la talla de Rosalía de Castro o Manuel Curros Enríquez. Algunos de los rasgos fonéticos más característicos de su origen son:
El astur leonés El asturiano o astur leonés es el resultado de la evolución del latín vulgar en el territorio de los antiguos reinos de Asturias, primero, y de León después. Gozó de gran prestigio hasta el siglo XI pero, antes de que pudiera unificarse y tener cultivo literario, ya comenzó a ser absorbido por el castellano; este proceso se culminó en el siglo XIII. Algunos de los rasgos fonéticos más característicos del astur-leonés son:
El castellano El castellano, surgido en el primitivo Condado de Castilla, pronto adquirirla una posición hegemónica sobre las restantes lenguas romances peninsulares y adquiriría rasgos bien definidos. Algunos de los que presenta en su evolución fonética son:
El aragonés El aragonés, llamado también navarro aragonés, es el resultado de la evolución del latín vulgar en el primitivo Reino de Aragón. Corrió una suerte similar a la del astur leonés. Tuvo su momento de expansión, extendiéndose en dirección sur con la Reconquista. Pero pronto comenzó a ceder ante el mayor empuje del castellano, siendo finalmente absorbido por él. El catalán La lengua catalana es el resultado de la evolución del latín vulgar en el ángulo nordeste de la Península. Ya en el siglo XII, su extensión abarcaba prácticamente el mismo territorio que los actuales Países Catalanes, habiéndose extendido, con la Reconquista, por el reino de Valencia, las Baleares y otras zonas del Mediterráneo. En la Edad Media, tuvo un gran desarrollo la literatura catalana, sobre todo en prosa, con la extraordinaria figura de Ramón Llull (s. XIII) La poesía tuvo su momento de esplendor en el XV, con Ausiás March. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII va decayendo su empleo literario, aunque sigue plenamente vigente su uso oral en la vida cotidiana, incluso al prohibirse su empleo, en el siglo XVIII, en documentos públicos y actos oficiales. Su resurgimiento ("Renaixença") se produce en el XIX, con el auge del nacionalismo romántico. A partir de entonces, se consolida plenamente como lengua de cultura y literaria (con escritores como Jacint Verdaguer, Joan Maragall, Josep María de Sagarra y, ya en el siglo XX, Josep Pla, Salvador Espriu, etc.) al mismo tiempo que se emprende su normalización gramatical, ortográfica y léxica, tarea que fue emprendida por el lingüista Pompeu Fabra. Algunos de sus rasgos fonéticos son:
El vascuence El vascuence o euskera es la única lengua no romance de la Península, y la única preindoeuropea que se ha conservado en el occidente de Europa. Sus orígenes todavía no han sido totalmente desvelados. Hasta hace poco se creía que procedía del ibérico, pero actualmente se sabe que no es así, a pesar de que existen elementos comunes a ambas lenguas. Seguramente, tanto una como otra provienen de un tronco común de origen norteamericano. Algunos investigadores han demostrado igualmente su parentesco con una familia de lenguas situadas en la zona del Cáucaso, tratando de conciliar ambas hipótesis. En el pasado su extensión debió de ser mucho mayor que la actual ocupando, por lo menos, las zonas montañosas del norte de la Península, desde Cataluña hasta Galicia. A la llegada de los romanos, sus limites occidentales eran aproximadamente los actuales, pero por el este llegaba aún hasta los Pirineos catalanes, por el norte comprendía la región francesa de Aquitania y por el sur llegaba probablemente hasta el Ebro. Con la romanización comenzaría su proceso de regresión, que no se ha detenido hasta tiempos muy recientes. 2.- SITUACIÓN ACTUAL DE LAS LENGUAS DE ESPAÑA. 1. LA LENGUA ESPAÑOLA Al finalizar el siglo XX, el número de hablantes de castellano había sobrepasado la cifra de trescientos cincuenta millones. Ello hace que sea la cuarta lengua más hablada del mundo, tras el inglés, el chino y el hindi. Veintiún países diferentes la reconocen como lengua oficial, desde España hasta Argentina, desde México a Guinea Ecuatorial. Por otro lado, está presente como lengua oficial y de trabajo (es decir, lengua a la que se traducen todos los documentos e intervenciones) en los principales organismos internacionales: ONU, UNESCO, FAO, Unión Europea... Los datos que sobre la situación de nuestra lengua ofrece el Instituto Cervantes sugieren que, además, es una lengua en expansión. En Estados Unidos hay 35 millones de hispanos (más de un 12% de la población), muchos de los cuales mantienen el castellano como lengua de uso familiar. En otros países que no pertenecen al ámbito hispano también está creciendo el conocimiento de nuestra lengua. En Brasil va camino de convertirse en la segunda lengua del país. En Europa, un 7% de los ciudadanos no españoles ha estudiado castellano como lengua extranjera. Según estos datos oficiales, nuestro idioma goza en apariencia de gran vitalidad y de cierto prestigio en la comunidad internacional. Con todo, hay otros hechos que no conviene olvidar. Ciertamente, el español es una lengua internacional (se habla en diferentes países, se emplea en muchos organismos internacionales), pero, en realidad, apenas es usada como lengua vehicular o linguafranca, es decir, como lengua que permite la intercomunicación entre hablantes de lenguas maternas diferentes. La linguafranca del mundo en la actualidad es el inglés. El español se extiende, es cierto, pero resulta obvio que está lejos de alcanzar el prestigio que el inglés tiene en el mundo actual. Así pues, la proyección de la lengua castellana en el futuro no depende tanto del crecimiento de la población hispanohablante, como del incremento de la relevancia internacional de nuestra lengua y nuestra cultura. En esta tarea hay dos instituciones que son fundamentales: la Asociación de Academias de la Lengua Española, que vela por la unidad y riqueza del idioma, y el Instituto Cervantes, cuyo objetivo es la difusión de la lengua castellana y de la cultura hispánica en el mundo. Caracterización lingüística.-
2.- LA LENGUA CATALANA El catalán es una de las lenguas neolatinas, es decir, uno de los dialectos del latín que se convirtió en lengua. En la actualidad es lengua cooficial junto con el castellano en Cataluña, en el Principado de Andorra, en las Islas Baleares y en Valencia, donde recibe la denominación oficial de valenciano. La lengua catalana posee un importantísimo legado literario de los períodos medieval y renacentista. Sus primeros textos escritos datan del siglo XII y entre ellos destaca el Forum ludicum. La literatura catalana comenzó a experimentar cierto declive en el barroco pero resurge con la llegada del romanticismo y la reivindicación de las lenguas vernáculas. En Cataluña el movimiento que impuso la conciencia regionalista y, por ello, la lingüística, se denomina Renaixença y fue promovido por una nueva burguesía industrial de carácter ilustrado. El principal problema con el que se encontraron los integrantes de este movimiento, fue la necesidad de adoptar criterios comunes para fijar y normativizar esta lengua vernácula. Para ello, contaron con figuras tan valiosas en el campo de la Filología como Pompeu Fabra. El catalán posee alrededor de 7 millones de hablantes esparcidos geográficamente por diferentes zonas que no coinciden con demarcaciones de carácter político o administrativo: Las provincias catalanas: Lérida, Gerona, Barcelona y Tarragona (excepto el Valle de Arán), el Principado de Andorra, las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana, la ciudad de Alger en Cerdeña, la zona oriental de Aragón, la comarca francesa del Rosellón. En líneas generales pueden establecer dos grandes agrupaciones dialectales:
Caracterización lingüística.-
El catalán es la lengua peninsular que presenta menor complejidad en el proceso de normalización dentro del Estado español, ya que cuenta con un copioso legado escrito y con sólidas referencias de estudios lingüísticos, que constituyen una importante base para la nivelación lingüística. Junto a los elementos anteriormente citados, hay que señalar la Ley de Normalización Lingüística, que constituye el marco de referencia legal sobre el que se asienta este proceso. En el momento actual se observa un importante despliegue editorial que intenta favorecer el incremento de la lectura como uno de los mecanismos más eficaces para la fijación lingüística; de igual modo, y de forma paulatina, los medios de comunicación social han incorporado el catalán como lengua de comunicación. La política de inmersión lingüística y la legislación favorecen la aceleración de este proceso. 3.- LA LENGUA GALLEGA: La lengua gallega –al igual que la catalana- es una lengua románica, es decir, un dialecto histórico del latín. Posee un fuerte carácter arcaizante y presenta mayores semejanzas con el catalán que con el castellano. El Estatuto de Autonomía de Galicia, en su artículo 5º, señala que el gallego es lengua cooficial, junto con el castellano en esta Comunidad Autónoma. Hasta la llegada, en el siglo XIX, de los diferentes movimientos románticos – que reivindican, entre otras cuestiones, el uso de la lengua vernácula- el gallego estuvo relegado del empleo literario. El Rexurdimento supuso un retorno a la utilización del gallego como vehículo apto para el cultivo literario. Entre los autores más importantes de este movimiento destacan: Rosalía de Castro, Eduardo Condal y Manuel Curros Enríquez. Este movimiento es paralelo al experimentado en Cataluña pero presenta menor incidencia entre las diferentes capas sociales. El gallego es una lengua empleada por 2 millones de hablantes, que se encuentran tradicionalmente inmersos en zonas rurales. En la actualidad, dicha situación ha variado y se ha extendido su uso hacia zonas urbanas. Los hablantes de gallego se distribuyen geográficamente de la siguiente forma: las cuatro provincias gallegas: La Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra, la franja occidental de Asturias, hasta el río Narcea, la comarca leonesa del Bierzo y la comarca zamorana de Sanabria. Caracterización Lingüística.-
En Galicia ha existido una importante situación de diglosia, puesto que las clases medias urbanas y la alta burguesía han utilizado el castellano como principal lengua de comunicación durante muchísimo tiempo. El castellano, por tanto, suponía la lengua de prestigio, cuyo uso connotaba un status social superior. La estructuración de la sociedad gallega, que presenta a lo largo de su historia una fuerte tendencia tradicional y ruralizante, ha dificultado el desarrollo de la lengua gallega en el medio urbano. El gallego, como lengua materna, ha quedado relegado durante largos períodos a una utilización cotidiana, alejada de los usos formalizados. En la actualidad presenta un importante avance en el mundo de la enseñanza y de los medios de comunicación de masas. La Academia y el Instituto da Lengua Galega son los organismos oficiales encargados de velar por la normalización de esta lengua. Entre los problemas más importantes que deben afrentarse se encuentran los siguientes:
4.- LA LENGUA VASCA O EUSKERA El euskera es lengua cooficial con el castellano en la Comunidad Autónoma Vasca. Esta lengua recibe diferentes denominaciones: euskera (término aceptado en la edición de 1994 del Diccionario de la Real Academia Española), euskara, palabra con la que se denomina en el propio idioma; vascuence o vasco. El euskera, lengua de origen antiquísimo, es el único resto de lengua preindoeuropea que se documenta en nuestro continente. Constituye, por tanto, un auténtico tesoro lingüístico. Algunos estudiosos de esta lengua, postulan una antigüedad de 3.000 a 5.000 años. El cultivo de la literatura escrita es tardío, y se encuentra ligado al nacimiento de la imprenta. Las publicaciones de carácter periódico comienzan en el siglo XIX con los almanaques. En numerosas ocasiones, se ha señalado que el euskera es una lengua de carácter rural, puesto que su actualidad, la situación ha variado, dado que la utilización del euskera se va extendiendo entre la población urbana. La antigua extensión de esta lengua, era muy superior a la actual. En la actualidad, el euskera, con un número aproximado de 700.000 hablantes presenta la siguiente distribución geográfica: las tres provincias vascas. Guipúzcoa, Vizcaya y Álava (Araba), norte de Navarra (Nafarroa), las provincias francesas de Soule, Labourde y Baja Navarra. Principales rasgos lingüísticos.-
El proceso de normalización lingüística en el País Vasco, es uno de los más complejos que existen en la actualidad, ya que el euskera tan solo es conocido por un 25% de la población, y ha estado sometido durante larguísimos períodos a una situación de diglosia. Uno de los mayores problemas para conseguir la normalización lo constituye la gran variedad dialectal que presenta esta lengua en todo el territorio vasco: por ello, ha sido necesaria la implantación del euskera-batua (euskera unificado), modalidad en la que se basa la política de normalización lingüística en el País Vasco. Constituye un instrumento de comunicación supradialectal basado en el dialecto guipuzcoano de Beterri, aunque con rasgos de otras variedades. 5.- EL ASTURIANO Y EL ARAGONÉS. Se trata de dos lenguas procedentes del latín, como el resto de las lenguas reconocidas oficialmente, salvo el euskera, pero que no han obtenido el reconocimiento oficial en cada una de sus respectivas comunidades autónomas. En ambos casos, y a pesar de que existe una demanda social, sobre todo en el caso de Asturias, estas lenguas sufren una situación de diglosia, y corren el peligro de desaparición por falta de suficiente apoyo institucional, lo que impide un proceso de normalización de estas lenguas. En el caso del asturiano, su distribución geográfica se extiende por Asturias y ciertas zonas de León y occidente de Cantabria. Su influencia llega hasta Extremadura, cuyo dialecto posee rasgos del asturiano y del andaluz. Sus variedades son muchas, debido a que casi en cada valle evolucionó con peculiaridades propias, pero suelen distinguirse tres grandes variedades: asturiano oriental, el de la zona central y el occidental. Además, en la zona occidental se distingue la “Fala”, variedad próxima a la lengua gallega y que se extiende por la zona asturiana desde el río Navia hasta la frontera con Galicia. Según esto, podremos dividir tres zonas: La occidental, entre el río Navia y la sierra del Rañadoiro, con influencias galaicas: presencia de diptongo "ei" y "ou", carreira, ouro. La oriental en las provincias de Santander, Zamora y la Extremadura leonesa, que presentan rasgos más castellanizados: pérdida de la f inicial latina. La central, menos influenciada por esta lenguas, se reduce a Asturias, donde se mantiene una mayor autenticidad en sus rasgos lingüísticos. Esta variedad se denomina "bable". Principales rasgos lingüísticos.-
El código coloquial comúnmente empleado por los actuales habitantes de Asturias, en una situación informal o familiar, es un castellano entreverado de numerosos giros, vocablos e inflexiones procedentes del bable histórico. Además, perviven algunos restos de astur-leonés en zonas de Cantabria, León, Zamora y Salamanca. El aragonés es la lengua que ha experimentado un mayor retroceso después de su pujanza en la Edad Media. Es considerado como una variante del castellano rústico, denominado también “habla baturra”. En la actualidad esta modalidad tiene zonas de transición entre el castellano y el catalán, siendo la parte más arcaica la comprendida entre , Hecho, Lanuza, bisecas, Sobrarbe y Ribagorza. Principales rasgos lingüísticos.- Las características lingüísticas del aragonés son similares en algunos rasgos al asturiano leonés. Veamos:
3.- CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS DEL CASTELLANO ACTUAL: VARIEDADES GEOGRÁFICAS El castellano se estructura, dialectalmente en dos grandes franjas de límites imprecisos dentro del territorio peninsular. Dentro de cada franja se agrupan múltiples variedades: A) Franja septentrional: en esta zona dialectal, formada en las primeras etapas de la reconquista, se caracteriza por su tendencia conservadora. Dentro de esta zona se desarrollaron las diversas lenguas peninsulares procedentes del latín, algunas de las cuales están hoy reconocidas legalmente (castellano, gallego, catalán), mientras que otras están en una situación difícil por carecer del apoyo institucional y mediático y porque no están reconocidas como lenguas oficiales (asturiano y aragonés) En esa zona se dan diversas variantes del castellano debido a que sufren las influencias de las diversas lenguas (gallego, asturiano, aragonés, catalán) con las que entran en contacto. No hay que confundir estas variedades con el asturiano o aragonés, que proceden del latín. B) Franja meridional: Presenta características más evolucionadas que en el área norte, principalmente en el componente fonológico; su carácter es más innovador, probablemente porque la zona fue castellanizada en época posterior. En esta franja se encuentran los dialectos meridionales: andaluz, murciano, extremeño y canario, en los que se perciben grandes similitudes con el español de América. Todos ellos se han formado por evolución del castellano llevado a tierras meridionales por los conquistadores o repobladores durante la Reconquista o, en el caso del canario, cuando las islas se incorporan a España en el siglo XV. Los cuatro presentan una serie de rasgos comunes como los siguientes: Seseo: confusión de /s/ y /c/ a favor de /s/: "senisa" por, "ceniza" Aspiración de la /s/ implosiva (final de sílaba): "cahco", "tiehto" Yeísmo: pronunciación de /y/ en lugar de /ll/: "1a yave"(llave) Valor diferencial de vocales abiertas y cerradas. El andaluz: Además de los rasgos reseñados, presenta los siguientes: En algunas zonas se da ceceo o confusión de "s" y "c" en favor de c: "cazerío" Confusión de /l/ y /r/ en final de. sílaba: "arma " (por alma). Relajación en la pronunciación de la /ch/: "coshe''. Aspiración o pérdida de consonantes finales: "caló". Aspiración de /j/: "harrón" El extremeño: Es un habla de transición que comparte algunos de los rasgos del leonés y del andaluz. Se caracteriza por las siguientes peculiaridades: Presencia de las vocales 1, a en vez de e, o: alcaldi, abaju. Conservación de grupo consonántico latino nth: lamber (lamer). Pérdida de la /d/ intervocálica: he venio. Aspiración de la /j/. botiho, por "botÍjo". Preferencia por los diminutivos terminados en –ino,-ina: casina. Neutralización de /r/ y /l/ en posición implosiva: arto (alto), dolol (dolor). El murciano Es otra habla de transición; en él se aprecian rasgos del aragonés y del valenciano. A este dialecto meridional se le denomina panocho. Entre sus características destacan. -Conservación de sordas intervocálicas de origen latino: cocote por cogote. Presencia de infijos de carácter nasal: muncho. Tendencia a la aspiración de la /y. Pérdida de las consonantes sordas intervocálicas: piazo (pedazo). El canario: Cuando el castellano llegó a las islas Canarias en el siglo XV, Pronto se impuso sobre la lengua originaria, el guanche, que se perdió. La colonización se efectuó fundamentalmente, por población procedente de Andalucía. De ahí que sus características sean similares, aunque con diferencias de entonación, sobre todo de léxico, dada la influencia ejercida por el portugués y por el español de América. EL ESPAÑOL FUERA DE ESPAÑA.- El español constituye una de las lenguas más importantes del mundo. Representa la cuarta lengua mundial, precedida por el chino mandarín, el inglés y el indi. Geográficamente, se encuentra diseminada en varios continentes y, en la actualidad, es objeto de especial interés por su carácter internacional. A).- El judeo-sefardí El judeo sefardí, también denominado judeoespañol, es un dialecto del castellano antiguo que conservan los descendientes de los judíos expulsados por los Reyes Católicos. En la actualidad, esta lengua se habla en comunidades diseminadas por todo el mundo: Argentina, Egipto, Estados Unidos, Grecia, Turquía, Bulgaria, Rumanía, etc. El foco más importante de hablantes de sefardí se encuentra en Israel. Este pueblo ha conservado el castellano hablado en los siglos XV y XVI; por lo tanto, se trata de un dialecto del castellano antiguo, que presenta una escasa evolución, dado su aislamiento respecto a la metrópoli. Posee carácter conservador con gran cantidad de arcaísmos. El judeo-español constituye una fuente valiosa de documentación, ya que, además de sus peculiaridades lingüísticas, mantiene viva la lírica tradicional española. Su literatura se escribe con caracteres hebreos. Actualmente, esta Legua se encuentra en un proceso de decadencia, circunscribiéndose su empleo al ámbito familiar y doméstico. Su léxico se ha empobrecido de forma notable. y presenta influencias de las diferentes áreas lingüísticas en las que se asientan las diferentes comunidades sefardíes. Entre los rasgos más relevantes que caracterizan esta lengua señalaremos las siguientes:* Tendencia arcaizante en fonética y léxico: agora, kamareta, fadar por "ahora", "habitación" y "destinar". *Distinción, entre los fonemas /b/ (oclusivo bilabial) y /v/ (labiodental fricativa). *Conservación de la f inicial latina: ferir (herir). *Como fórmulas de tratamiento utiliza vos, en lugar de vuestra merced o usted. *Presencia de pronombres enclíticos en las formas de imperativo: quitalde. B).- El español en Filipinas Las Islas Filipinas pertenecieron a España en el período comprendido entre 1571 y 1898. Hasta entonces, el español fue una lengua minoritaria que solo utilizaban los grupos dominantes (funcionarios, comerciantes, administradores). El pueblo filipino siguió siempre utilizando su lengua autóctona, el tagalo, y sólo aquellos que estaban en contacto con las autoridades coloniales llegaron a aprender bien el español. Por eso, cuando en el año 1898 el archipiélago filipino pasó a depender de EE UU, el inglés lo sustituye rápidamente como lengua cultural y de las actividades públicas que implantó como lengua oficial el inglés que actúa como vehículo de comunicación. A pesar de eso, el español fue declarado en 1935 lengua cooficial en el país, y esta situación continuó hasta 1986. En la actualidad el inglés comparte cooficialidad con el tagalo. El español cuenta con cerca de un millón de hablantes. Tiene gran prestigio social, pero en retroceso. Más de medio millón de personas habla en chabacano, una mezcla de español y de dialectos indígenas. En los hablantes cultos se impone la norma peninsular, aunque también algunos rasgos recuerdan al español de América. En las hablas populares, los rasgos presentan similitudes con los dialectos meridionales: seseo, yeísmo, aspiración de /f/ inicial latina, sustitución de /f/ por /p/ (Pilipinas), neutralización de /1/ y /r/, etc. C).- Otras variedades del castellano.- En África, el castellano se habla en Guinea Ecuatorial (unas 300.000 personas) y en el Sahara Occidental. También es conocido en algunos enclaves del norte de Marruecos como Tánger, Tetuán y Larache, donde el impacto colonial fue importante. En Estados Unidos es la segunda lengua en importancia. Su vitalidad se debe a que sigue siendo la lengua utilizada por los hispanos que residen que residen tradicionalmente en estados como Nuevo México y California, y también, por supuesto, por los millones de emigrantes procedentes de la América de habla hispana y sus descendientes, que forman comunidades muy importantes en las grandes ciudades. La variedad utilizada depende del lugar de procedencia de estos emigrantes: así, dominan los rasgos mexicanos (California, Nuevo México, Texas), los caribeños en las ciudades de la costa atlántica, desde Nueva York (comunidad puertorriqueña) hasta Miami (comunidad cubana). Un fenómeno peculiar es la reciente extensión de una variedad híbrida de castellano e inglés: el espanglish. Consiste en el uso de estructuras y expresiones inglesas dentro del discurso en castellano. 4.- EL ESPAÑOL DE AMÉRICA, ÁREAS Y RASGOS PRINCIPALES 1.- Áreas geográficas en el español de América.- Durante gran tiempo se ha hablado de la «gran homogeneidad» del español hablado en el Nuevo Continente. J.P. Rona rechaza el mito de la homogeneidad, que, según él tiene tres causas: Se empieza a escribir sobre el español americano antes de conocerlo. El contacto entre hispanoamericanos se realiza en un nivel culto, donde la uniformidad es mayor. Ausencia de buenos estudios dialectológicos. Se han propuesto varias divisiones dialectales, más complejas cada vez que progresaba el nivel de conocimientos. A).- Tierras altas y tierras bajas: Una primera división dialectal agrupa en dos grandes zonas el español americano: tierras altas y tierras bajas. «Las tierras altas se comen las vocales y las tierras bajas se comen las consonantes», ha dicho de forma gráfica A. Rosemblat. Así se puede oír en Méjico: cafsito, pas´sté, exprimento, fosfro, etc.; en Quito: sí p's, no p's; en La Paz: Potsi (en lugar de Potosí), en Bogotá: muchismas gracias. Por el contrario, en las Antillas, costas, llanos de Venezuela, Uruguay, Paraguay y Chile, es decir, en las tierras bajas, se asiste a una relajación de las consonantes que en muchos casos llegan a perderse. Así la /s/ final de palabra suele aspirarse o perderse (lo hombre por los hombres, lo fósforo por los fósforos, etc.). Es muy corriente la caída de la / d / intervocálica (venío, deo, por venido y dedo) y la pérdida de la /r/ final de palabra (comé, señ6, en lugar de comer y señor). Menéndez Pidal creía que era preferible hablar de zonas costeras y zonas no costeras, ya que las causas de tales diferencias eran históricas y sociales, no geográficas: a los puertos llegaban constantemente gentes procedentes de Andalucía que propagan sus características lingüísticas (la relajación de consonantes es también un rasgo del andaluz.) |
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![]() | «Société d'Informatique Appliquée» en 1962. Pronto adaptaciones locales del término aparecieron en italiano, español, rumano, portugués... | ![]() | |
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