PROCESO DE PAZ EN COLOMBIA: PUNTOS CLAVE DEL PROCESO DE PAZ. REVISTA SEMANA
1. ¿Cuáles son los cinco puntos que se están negociando?
A) Desarrollo agrario. El Gobierno llega con una ley de desarrollo rural -progresista y ambiciosa para la Colombia de hoy- y las FARC con el Programa Agrario de los Guerrilleros, que llama a expropiar los latifundios para repartirlos entre el campesinado pobre, programa tan viejo (1964) como actual en un país que no hizo reforma agraria y en el cual el despojo y la acumulación violenta de la tierra están en la base del conflicto armado. Las FARC fueron en sus orígenes una rebelión campesina y en las zonas rurales está su base social; por tanto consideran este tema decisivo.
B) Participación política. El proceso enfrenta un ambiente de opinión que es favorable a la paz pero hostil a la participación de las FARC en la política y a perdonar sus crímenes a cambio de su desmovilización. A esta contradicción se suman las dificultades jurídicas con las que habrá que lidiar. Mientras avanza la negociación, el país deberá definir cuáles delitos considerar conexos al delito político, qué hacer con los guerrilleros que tengan condenas (toda la cúpula de las FARC), cuya participación en política prohíbe la Constitución, y qué tratamiento dar a quienes hayan cometido graves violaciones del derecho internacional.
Una prueba ácida del proceso es la Marcha Patriótica, un movimiento de obvia raigambre en zonas de influencia histórica de las FARC y que aglutina a otros grupos de izquierda. Dado que este movimiento va a coexistir con la guerrilla armada mientras dure la negociación, las partes en la mesa tienen la responsabilidad de impedir que se repita la trágica experiencia de la Unión Patriótica: el Gobierno, protegiendo a sus integrantes de los ataques de la extrema derecha; las FARC, absteniéndose de usar la recién creada agrupación como parte de su tradicional estrategia de "combinar las formas de lucha".
C) Fin del conflicto. Es la primera vez que la guerrilla y el Estado se proponen el objetivo explícito de poner fin a la guerra, un acuerdo sin precedentes. En el camino está pactar asuntos tan espinosos como un cese de hostilidades "bilateral y definitivo", la dejación de armas y la reintegración de las FARC, la situación de los presos de esta guerrilla y las reformas institucionales necesarias.
Una de las críticas que se le hacen a la agenda es que habla de "dejación de armas", no de entrega de las mismas. La diferencia no es semántica: una cosa es rendir los fusiles para ser destruidos; otra, muy distinta, sería simplemente dejar de usarlos, sin entregarlos, lo cual haría fútil el acuerdo. Otro gran interrogante es la magnitud de las eventuales disidencias de las FARC que prefieran mantenerse activas y profundizar su vínculo con el tráfico de drogas, en lugar de desmovilizarse.
D) Drogas ilícitas. La agenda habla de "solución" a este problema, imposible de resolver sin un consenso internacional por ahora improbable. Sin embargo, es un hecho que de la negociación deben salir fórmulas alternativas para las cerca de 63.000 familias cocaleras, parte esencial de la base social de las FARC. Que estas renuncien a su profunda dependencia de las áreas de cultivo de coca y a su control de laboratorios y rutas de tránsito (nadie les cree ya que se limiten a un 'impuesto' al cultivo, según insisten sus voceros) es determinante, no solo para el fin del conflicto sino para que Estados Unidos, que les pidió en estos días cortar su relación con el narcotráfico, no se atraviesen en el proceso.
E) Víctimas. La inclusión de este tema es un gran avance, pero esconde una inmensa paradoja. Cuando se esperaba que las FARC reconocieran a sus víctimas y pidieran perdón a secuestrados, mutilados por explosivos o muertos y damnificados por tomas de pueblos, fue toda una sorpresa que sus voceros declararan a las FARC "las primeras víctimas" del conflicto armado. Lo que empezó como un movimiento campesino de autodefensa frente a un Estado avasallador y latifundista, se volvió una máquina de guerra que ha cometido todo tipo de atrocidades contra civiles inermes. Desde ya se anuncia que la gran polémica que Colombia enfrenta es la de definir el balance de verdad, justicia y reparación que haga posible, a la vez, una desmovilización exitosa de las Farc y el respeto de los derechos de las víctimas.
De ahí uno de los grandes interrogantes de la negociación: el Estado, por su voluntad u obligado por las cortes o la presión popular, ha venido aceptando su inmensa responsabilidad en el conflicto, pero ¿aceptarán las FARC que han sido perpetradoras de toda clase de violaciones al derecho internacional y que están en la obligación de pedir perdón, contar la verdad (por ejemplo, decir dónde están los secuestrados que nunca volvieron) y reparar a sus víctimas?
2. ¿Quiénes son los negociadores?
En la mesa sólo estarán sentados el Gobierno y las FARC, cada uno con una delegación de hasta 30 personas. Hasta diez representantes por cada parte pueden participar en la mesa. Cinco de ellos serán plenipotenciarios.
Por el Gobierno estarán el jefe de la delegación, Humberto de la Calle, exconstituyente y político veterano; Sergio Jaramillo, alto comisionado para la Paz; Frank Pearl y los generales en retiro Jorge Enrique Mora, del Ejército, y Óscar Naranjo, de la Policía. La inclusión por primera vez de exmiembros de las Fuerzas Armadas, con las que siempre han querido hablar las FARC directamente, es una ventaja.
Encabeza la delegación de las FARC Iván Márquez, de quien se ha dicho que es escéptico frente al proceso; completan los plenipotenciarios Marco León Calarcá, de la Comisión Internacional; Andrés París, exnegociador en El Caguán, y Ricardo Granda, también en labores internacionales. Las FARC han pedido la presencia en la mesa, así sea virtual, de 'Simón Trinidad', preso en Estados Unidos. No está claro si el Gobierno estudia fórmulas para buscarla. Los negociadores están entre los 50 y los 60 años y son la generación urbana y universitaria de las FARC, casi todos provenientes de las filas de la
Juventud Comunista de los años 80. El único histórico es el llamado sargento Pascuas, fundador de esta guerrilla junto a 'Tirofijo'.
3. ¿Cuál es el estatus de los negociadores de la guerrilla?
La Fiscalía ha levantado las órdenes de captura que pesan en su contra y se ha procedido a pedir lo mismo a la Interpol. Los guerrilleros tienen estatus de "miembros representantes" de una organización armada ilegal que negocia con el gobierno, de acuerdo a la Ley 418.
4. ¿Cómo será la fase de negociación?
Las negociaciones, que comenzaron en Oslo y continúan en La Habana, serán "ininterrumpidas" y las discusiones de la Mesa "no se harán públicas", aunque habrá mecanismos para informar periódicamente sobre su evolución. Se empezará por el tema agrario. Luego se acordará en qué orden discutir los otros cuatro puntos (es probable que el de drogas ilícitas venga enseguida y que el más difícil, el del fin del conflicto, sea el último). Se definió que "nada está acordado hasta que todo esté acordado", es decir, la negociación sólo será válida cuando termine con un acuerdo completo.
Al final, se discutirá cómo instrumentar los acuerdos. Los puntos más delicados serán los mecanismos de verificación y de resolución de diferencias que puedan surgir al aplicar lo acordado. Se prevé acompañamiento internacional y la posible participación de la sociedad en esos mecanismos (comisiones y otras instancias).
5. ¿Cuál es el papel de los países participantes?
Hay una evidente simetría en los compañeros de viaje foráneos, que no son mediadores, pero pueden ser claves. Como "garantes", el gobierno de Cuba y el de Noruega, con una honorable tradición de mediación en conflictos armados. Cuba aporta el escenario y la logística -y una voz de izquierda cercana a las FARC-.
6. ¿Cuándo habrá cese al fuego y de hostilidades?
Está acordado que el proceso de cese de hostilidades y desmovilización sólo se iniciaría después de la firma del acuerdo final y que tomará "un tiempo prudencial acordado por las partes". Sectores de derecha y de izquierda coinciden en criticar el proceso por que va a tener lugar en medio de todos los fuegos, y las FARC mismas están pidiendo cese de hostilidades (propusieron cesar sus atentados a cambio de que los militares paren los bombardeos contra sus campamentos). Negociar en medio de la guerra puede plantear trastornos al proceso. Sin embargo, no ocurrió así durante las conversaciones en La Habana, e iniciar las negociaciones discutiendo cómo se verificaría un cese de hostilidades con 67 frentes de las FARC regados por medio país y cuál es la definición de 'hostilidades' podría empantanar todo el proceso.
7. ¿Cómo participará la sociedad en la negociación?
Mientras el Gobierno y las FARC han acordado que en la mesa sólo estarán ambos, innumerables personajes y organizaciones, dentro y fuera del país, están pidiendo pista para participar. La ausencia de la sociedad civil en la mesa es la otra gran crítica que, desde izquierda y la derecha, se hace al proceso. Hay reuniones, foros, movilizaciones pidiendo su inclusión. De los indígenas al Congreso, pasando hasta por las propias FARC, hay toda clase de propuestas para que la sociedad civil participe. En la mesa se están diseñando mecanismos para recibir esas propuestas. El Gobierno y las súbitamente revitalizadas comisiones de paz del Congreso acordaron una serie de mesas regionales, para que representantes de la sociedad discutan y presenten sus aportes. Paralelamente, se desarrolla un amplio proceso de movilización popular y campesina en respaldo de la paz. Pero el caso es que, al menos en la fase de negociación que ahora empieza, la sociedad estará representada, a lo sumo, por los expertos que las partes convoquen a la mesa para la discusión de los temas, y la negociación se hará, exclusivamente, entre el gobierno y la guerrilla.
ACTIVIDAD PROCESO DE PAZ
Si fueras un negociador –como representante del pueblo- que aspectos propondrías dentro del proceso? Explicarlos
Completa el siguiente cuadro sobre los cinco puntos que se negocian en la Habana
PUNTO 1
| PUNTO 2
| PUNTO 3
| PUNTO 4
| PUNTO 5
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| OPINIÓN
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