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PROGRAMA DE PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE PROBLEMAS PERSONALES RELACIONADOS CON LA ADICCIÓN AL CONSUMO, HÁBITOS PERSONALES DE COMPRA Y SOBREENDEUDAMIENTO 1998-1999 INFORME FINAL PARTE III ANALISIS DE DATOS Y CONCLUSIONES GENERALES (DATOS TOTALES EN LA UNIÓN EUROPEA) CASTILLA-LA MANCHA (ESPAÑA) ESCOCIA (GRAN BRETAÑA) LOMBARDIA (ITALIA) TOSCANA (ITALIA) ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() INDICE I.-ANALISIS DE DATOS DE ADULTOS I.-1. -PERFIL DEL CONSUMIDOR ADULTO I.-2. -ANALISIS COMPARATIVO DE ADULTOS ADICTOSY NO ADICTOS I.-3. -ANALISIS COMPARATIVO ENTRE HOMBRES Y MUJERES ADULTOS II.-COMPARACION ENTRE ADULTOS Y JOVENES III.-ANALISIS DE DATOS DE JOVENES III.-1. -PERFIL DEL CONSUMIDOR JOVEN III.-2. -ANALISIS COMPARATIVO DE JOVENES ADICTOSY NO ADICTOS III.-3. -ANALISIS COMPARATIVO ENTRE HOMBRES Y MUJERES JOVENES IV.-COMPARACION DE DATOS INTERREGIONALES IV.-1. -COMPARACION INTERREGIONAL ADULTOS IV.-2. -COMPARACIÓN INTERREGIONAL JÓVENES V.-CONCLUSIONES GENERALES VI.-RECOMENDACIONES I.-ANALISIS DE DATOS DE ADULTOS I.-1. -PERFIL DEL CONSUMIDOR ADULTO (Ver cuadros de datos y gráficos en PARTE II, páginas: 1 a 100 y 158 a 189) Del análisis de las respuestas que figuran en los cuadros de datos y gráficos correspondientes resulta claro que, si bien el perfil mayoritario de los consumidores adultos europeos refleja un nivel aceptable de autocontrol en la compra y en el gasto, (desde luego mucho mayor que el de los jóvenes, como veremos más adelante), los problemas de adicción al consumo, compra impulsiva y deficiencias en dicho autocontrol del gasto son, en números absolutos, muy importantes. Aproximadamente tienen estos problemas un 33% de la población adulta: un 18% de forma leve o moderada y un 15% de manera intensa. Aunque ahora vamos a analizar el perfil mayoritario, la distribución de respuestas varía notablemente, como podremos observar, en función del sexo y de la pertenencia o no al grupo de adicto. Es necesario hacer constar, que estos porcentajes que aquí señalamos, así como los que señalaremos al referirnos a los jóvenes, se derivan del hecho de que las respuestas que ponen de manifiesto la existencia de las conductas adictivas o la falta de autocontrol, coinciden en un 95% de los casos en el mismo grupo de personas, lo que denota la existencia de una diferenciación muy clara en los patrones de comportamiento de los consumidores. Comenzando por el autocontrol en el gasto, vemos que el consumidor adulto europeo manifiesta, en un porcentaje del 38%, llevar un control de todos sus gastos; un 48% deja siempre saldo suficiente en su cuenta bancaria, por si hay algún imprevisto (N/R-31). Sin embargo un 12% admite expresamente tener dificultades para controlar el dinero que gasta, y a un 16% que ”se les va el dinero sin darse cuenta de cómo lo han gastado“ (N/R- 8). Un porcentaje mayoritario niega pasar dificultades para llegar a fin de mes. Un 40% acostumbra a comprobar las facturas y tickets de las compras que hace, y en idéntica proporción, lleva una lista de las cosas que tiene que comprar cuando va a un hipermercado o supermercado (N/R-62); utilizan la compra a crédito sólo cuando es imprescindible, y prácticamente la mitad niega, frente a un acuerdo del 22%, que tienda a gastar más cuando cobra, a principio de mes, (N/R-80). Con relación a la atracción por los grandes centros comerciales, vemos que aunque solo el 13% manifiesta expresamente que “me gusta pasar el tiempo en grandes centros comerciales,” (N/R-53) y el 45% esta en desacuerdo con el enunciado “me encuentro a gusto en los grandes almacenes”, sin embargo, ante la cuestión 11, “prefiero hacer la compra en un establecimiento mediano (tipo supermercado), que en un hipermercado o gran almacén”, el 41% de los consumidores adultos estudiados se manifiesta en contra, frente sólo un 26% a favor; . Parece por tanto desprenderse que esta preferencia mayoritaria por los grandes centros comerciales tiene más que ver con la comodidad en la compra que con la consideración de la estancia en estos centros como una actividad agradable. El consumidor europeo es, en gran medida, escéptico respecto a los mensajes de los anuncios (un 42% no se cree nada de lo que dicen), y son también mayoría los que desconfían mucho de la publicidad, aunque la actual sociedad de consumo es aceptada/rechazada en idéntica proporción, (un 30%, significando la menor diferencia entre acuerdo/desacuerdo de todas las cuestiones planteadas en el cuestionario). Respecto a la atracción por los estímulos de compra, vemos que el 19% de los consumidores reconocen expresamente que “les gusta mucho comprar”. Al 26% (frente al 41%) “el ir de compras les resulta divertido”. Proporciones parecidas de acuerdo/desacuerdo encontramos respecto al enunciado “me gusta ir a mirar tiendas”, alcanzando una mayor cota de desacuerdo, el 57%, la opción propuesta en la cuestión 90, “me gusta entrar en los grandes almacenes e hipermercados aun cuando no tengo nada que comprar”. La mitad rechazan que ver tiendas sea una de las cosas divertida que se pueden hacer en una ciudad, y casi un 70 por ciento niegan que “cuando estoy triste me anima el ver tiendas” (cuestión nº41) o que compren para animarse en situaciones de tristeza o depresión. Son casi el doble los que rechazan que les guste entrar en las tiendas, aunque sea sólo a mirar, y son igualmente mayoría a los que “sólo les gusta ir de compras cuando tienen claro lo que quieren ”. En cuanto al enunciado relativo al ahorro, “soy una persona ahorradora”, y como dato muy significativo, es uno de los que arrojan una menor diferencia, concretamente un 0,87,entre acuerdo y desacuerdo. Respecto a otra serie de variables estudiadas en los cuestionarios, y con relación al ya aludido autocontrol en la compra y el gasto del consumidor adulto europeo, éste se manifiesta como reflexivo, que medita las compras y gastos que realiza, sin caer en la precipitación; así, un 35% afirma que “no suele arrepentirse de las compras que hace”, aunque el 15% reconoce que realiza muchas veces compras por impulso. Más de la mitad niegan ser personas caprichosas, y muy ampliamente, un 73%, comprar cosas inútiles que después se arrepiente de haber comprado; finalmente, niegan esa precipitación antes mencionada, “comprando cosas sin haberlo pensando bien” (N/R-65), un 68%. I.-2. -ANALISIS COMPARATIVO ENTRE ADICTOS Y NO ADICTOS (Ver cuadros de datos y gráficos en PARTE II, páginas: 153, 209 y 210) Señalemos en primer lugar, que del estudio efectuado resulta que el 33,22 % de los consumidores, es decir, aproximadamente la tercera parte presenta un nivel alto de adicción al consumo irreflexivo o innecesario, problemas graves de compra impulsiva, o una evidente falta de autocontrol económico. A estos consumidores nos referimos como “adictos”. El 66,78% aparecen como responsables y autocontrolados en el consumo y en el gasto, y nos referimos a ellos como “no adictos”. El porcentaje de adicción es del 32% en el caso de los hombres y 34% en las mujeres. Dentro del grupo de adictos el 55% (18% del total) pueden considerarse de adicción leve o moderada, y el 45% (15% del total) tiene un nivel de adicción importante. La comparación entre las respuestas de estos dos grupos resulta fundamental para conocer cuales son los factores determinantes de las conductas excesivas o inadecuadas de un número tan importante de consumidores. Por ello, es necesario prestar atención a las cuestiones que no se refieren directamente al consumo y que por lo tanto no han sido tenidas en cuenta para establecer esta clasificación, por lo que las diferencias que encontramos entre los dos grupos resultan decisivas. De estas respuestas podemos destacar dos aspectos muy evidentes: por un lado la mayor influenciabilidad del grupo de adictos a los mensajes publicitarios y a las ideas consumistas, y por otro lado la mayor insatisfacción personal, falta de alicientes y bajo nivel de autoestima de este mismo grupo. Junto a estas diferencias, la autocalificación de los sujetos como "caprichosos" -que debemos considerar rasgo psicológico no muy definido pero de una gran influencia en la conducta de consumo-, constituye el aspecto más destacado. Así observamos que el 37% de los no adictos, frente al 67 % de los adictos se consideran como "no caprichosos". Respecto a la mayor exposición y aceptación de las influencias publicitarias, vemos, que mientras la mitad de los no adictos manifiestan "no creer nada de lo que dicen los anuncios" (N/R-28), en el caso de los adictos, el porcentaje es del 30 %. Esta idea se ve con más claridad en la cuestión número 44: el porcentaje de los adictos que desconfían de la publicidad es 20 puntos inferior al de no adictos. Por otro lado, hay un dato esencial que no requiere mayores comentarios: los adictos al consumo que declaran que "ven mucha televisión"(N/R-16) son el doble que los no adictos. Una manifestación clara de la influencia de determinadas ideas, difundidas por la publicidad en los adictos, es su mayor aceptación de la ideología consumista. Así el 35% de ellos, frente al 19% de los no adictos creen que "comprar cosas caras, como buenos coches da mucho prestigio social" (N/R-42). El porcentaje de adictos a los que "les gusta la sociedad de consumo en la que viven" esta ocho punto por encima del de los no adictos. También vemos que el 48% de los adictos, frente al 39% de los no adictos, están de acuerdo con una idea claramente consumista "me haría feliz tener dinero para comprarme todo lo que quisiera" (N/R-74). Respecto a las respuestas a las cuestiones que tienen que ver con la insatisfacción personal, el aburrimiento y la falta de alicientes, las diferencias entre los dos grupos son muy significativas. El número de adictos que consideran que "están demasiado tiempo metidos en casa sin saber qué hacer" (N/R-52) es más de cuatro veces mayor que el de no adictos. Igualmente duplica a los no adictos, el porcentaje de adictos al consumo que consideran que "su vida es muy distinta de lo que les gustaría". También son muchos más los adictos que "con frecuencia piensan que deben hacer un gran cambio en su vida" (N/R-5), "los que a menudo se encuentran tristes sin saber por qué" (N/R-77) los que "se suelen aburrir solos en casa" (N/R- 50) y aquellos que reconocen que "no les gusta la vida que llevan" (N/R-10). La compensación de estados propiamente depresivos, que se ha señalado como una de las causas de la adicción al consumo se refleja, aunque en menor medida que los aspectos de insatisfacción que hemos señalado: el 18 % de los adictos, frente al 13 % de los no adictos, manifiesta que "a menudo se encuentran deprimidos". En lógica relación con lo anterior, diversos aspectos de la autoestima son significativamente menores en los adictos. Así, el 36 % de los adictos, frente al 23% de los no adictos, están insatisfechos con su aspecto físico (N/R-21), y el porcentaje de adictos que cree que no suelen caer bien a los demás, está seis puntos por encima del de los adictos (N/R- 81). Solo el 48% de los adictos, frente al 65 % de los no adictos, cree que tiene las mismas habilidades y capacidades que las demás personas (N/R-9). De la misma forma, los adictos se consideran en mucha menor medida "satisfechos consigo mismos" (N/R-69) Otro factor de naturaleza psicológica: a los adictos les gustan más que a los no adictos, los lugares donde hay mucha gente (N/R-36) En cuanto a las cuestiones que se refieren a la conducta como consumidores, como es lógico, hay diferencias importantes entre adictos y no adictos, puesto que son justamente las que han sido tenidas en cuenta para establecer esta clasificación. A titulo de ejemplo, recogemos algunas de estas respuestas diferenciales muy señaladas que se refieren a dos tipos de enunciados: los que tienen que ver con el autocontrol económico y los que tienen que ver con la adicción a la compra. Entre los primeros vemos, que los adictos manifiestan que "se les va el dinero sin darse cuenta de en qué se lo han gastado" (en desacuerdo el 76% de los no adictos y el 35% de los adictos), que no comprueban las facturas o tickets de los gastos que realizan (solo lo hace el 15% frente al 52% de los no adictos) o que no llevan un control de sus gastos (solo lo hace el 12 % de los adictos frente al 51% de los no adictos). La mayoría reconoce que a menudo se disgusta por haber gastado dinero tontamente (N/R-1). Manifiestan, en una proporción cinco veces mayor que los no adictos, que tienen dificultades para controlar el dinero que gastan, y en la misma proporción creen que sus problemas económicos se deben más a que gastan demasiado que a que no tengan dinero para comprar lo necesario. Respecto a la compra, vemos el 42% de los adictos frente al 80% de los no adictos, cree que no suele precipitarse comprando cosas sin haberlo pensado bien. También compran en mucha mayor medida cosas que después no usan (N/R-73). El 36 % frente al 11% de los no adictos reconoce que "les gusta mucho comprar". También hacen muchas más compras por impulso (N/R-30). Por último un porcentaje muy alto, que triplica al de no adictos, reconoce que cuando ve una cosa que le gusta no se la puede quitar de la cabeza hasta que no la compra (N/R-35). Señalemos por último que, como es lógico, la media de puntuación en las Variables generales es mucho más alta en los adictos que en los no adictos, como se ve en el cuadro de datos correspondiente. En la Adicción a la compra (Variable A) los adictos tiene 60 de media y los no adictos 53,6. En el consumismo y compulsión de compra (Variable B) los adictos tienen de media 61,7 y los no adictos 52,4. En la Variable C, desajuste en el gasto y tendencia al sobreendeudamiento, la diferencia es enorme: 63,4 los adictos frente a 49,7 los no adictos. I.-3. -ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE HOMBRES-MUJERES ADULTOS (Ver cuadros de datos y gráficos en PARTE II, páginas: 152, 207 y 208) Las mayores diferencias entre las respuestas de hombres y mujeres han aparecido en todas las cuestiones relacionadas con la atracción a los estímulos de compra, (variable A) sin que sean tan significativas las referidas a la variable C, autocontrol o desajustes en el gasto, ni las respuestas a las cuestiones no estrictamente de consumo. En efecto, como se ve en el cuadro de cuadro de datos y gráficos de variables medias, las mujeres tienen una media de 59,2 en la adicción a la conducta de compra (Variable A), muy por encima de los hombres, cuya media es 51,75. En el consumismo y compulsión de compra (Variable B) las diferencias menores (57,4 las mujeres y 53,5 los hombres). En el desajuste de gasto y tendencia al sobreendeudamiento las diferencias son pequeñas (54,8 las mujeres y 53,9 los hombres). Así, la respuesta a la cuestión “Me gusta a acompañar a los amigos y familiares cuando van a comprar,” supone la mayor diferencia, 28 puntos, entre hombres y mujeres, con casi idéntico porcentaje respecto a la atracción por ir a mirar tiendas; el 56% de los hombres está en desacuerdo con que “ir de compras les resulte divertido”, frente al 31% de mujeres, o que prefieran pasear por calles donde hay tiendas (la mitad de los hombres frente al 34% de mujeres). Un 55% no se encuentra a gusto en los grandes almacenes, frente a un 38% de mujeres (N/R-47); esta idea es repetida sin excepciones en todas las preguntas de este tipo, doblando el porcentaje de acuerdo de las mujeres en muchos casos, por ejemplo, la N/R-23, “me gusta entrar en las tiendas aunque sea sólo a mirar”, o la N/R-37, “ver tiendas es una de las cosas divertidas que se pueden hacer en una ciudad”. De igual manera, “echan un poco de menos los grandes almacenes y las tiendas de las ciudades cuando están en un pueblo pequeño” casi un 20% de mujeres frente al 10% de hombres, y existe una diferencia considerable, 13 puntos, a favor de aquellas, en el desacuerdo sobre el enunciado de la N/R-54, “sólo me gusta ir de compras cuando tengo claro lo que quiero comprar”. Las mujeres se reconocen ligeramente menos ahorradoras, y en elevada proporción, y como dato muy significativo, gastar más cuando cobran, a principio de mes, (el 27% ante un 15% de hombres); admiten, que les “haría feliz tener dinero para comprar todas las cosas que quisieran” en mayor medida que los hombres, idea que es repetida en cuestiones como “muchas veces veo cosas que me gustan pero que no puedo comprar por falta de dinero”, con un desacuerdo del 45% en el grupo de hombres y sólo del 26% de mujeres. Son, en definitiva, una cuarta parte las que se autocalifican como “personas a las que les gusta mucho comprar”, (cuestión 97), frente a un 10% de hombres que admiten tal condición. Reconocen “sentirse tristes sin saber por qué” un 19% frente a un 9% de hombres, y “animarse viendo tiendas cuando están tristes”, en porcentaje triple al de los hombres. El 17% de mujeres admiten utilizar la compra como afrontar de situaciones de depresión y tristeza, (N/R-3), y sólo un 5% de hombres. Es curioso reseñar la opción por los hipermercados o grandes almacenes frente a los establecimientos medianos (tipo supermercado), a la hora de hacer la compra, tanto por hombres como mujeres, (N/R-11), cuando en clara contradicción, éstos manifiestan en otras cuestiones que “no se encuentran a gusto en los grandes almacenes” (un 55%), o que “no les gusta pasar el tiempo en grandes centros comerciales”, (un 70%). Parecería existir en los hombres, como hemos dicho, una opción de comodidad a favor de los hipermercados, aunque no se considere la compra en ellos como algo tan agradable. Sin embargo, como también hemos señalado, las diferencias resultan mucho menos significativas en las cuestiones que se referirían a otras variables, como la compra impulsiva o el autocontrol económico. Así no se consideran compradores impulsivos un porcentaje prácticamente idéntico: 63%. Tampoco existen diferencias significativas entre hombres como mujeres respecto al autocontrol y reflexión, ya que se reconocen en igual proporción como autocontrolados y reflexivos en la compra, recordando con bastante exactitud los gastos corrientes de cada mes, y las respuestas son muy parecidas respecto a las dificultades para controlar el dinero que gastan (N/R-55). Y en algunos enunciados relativos al autocontrol las mujeres superan a los hombres: así una tercera parte de los hombres, frente al 44% mujeres, acostumbran a llevar una lista indicando las cosas que tienen que comprar cuando van a un hipermercado. Indicar por último, que no existen diferencias significativas entre las respuestas de hombres y mujeres respecto a la actitud ante la publicidad, el reconocimiento de ver “mucha televisión” o respecto a la aceptación/rechazo de la sociedad de consumo. II.-ANÁLISIS COMPARATIVO ENTRE JÓVENES Y ADULTOS (Ver cuadros de datos y gráficos en PARTE II, páginas: 151 y 206) La conclusión más evidente en la comparación de las respuestas entre jóvenes y adultos, es que los primeros tienen un nivel más alto de adicción a los estímulos de compra, y un nivel más bajo de autocontrol económico. En cuadro comparativo podemos ver que, sin excepción, en todas las cuestiones que se refieren a la atracción por visitar comercios, realizar compras, o gastar dinero en forma impulsiva los jóvenes superan claramente a los adultos. Vemos, en efecto, que a los jóvenes les gusta más pasar el tiempo en centros comerciales (N/R-53). Duplican a los adultos, los jóvenes a los que les gusta recorrer todos los pasillos de los hipermercados, aunque no tengan nada que comprar (N/R-94). “Ir de compras” resulta divertido para la mayoría los jóvenes mientras que la mayoría de los adultos esta en desacuerdo con ello. Les gusta mucho más que a los adultos entrar en comercios e hipermercados aunque no tengan nada que comprar (N/R-90). Respecto al autocontrol económico, las respuestas son claras en el mismo sentido: reconocen más que los adultos que “a menudo gastan el dinero tontamente” (N/R-1), son menos ahorradores (N/R-64), tienen más dificultades para controlar el dinero que gastan (N/R-59), se dejan convencer con mayor facilidad "para hacer compras que no deberían" (N/R-84), compran cosas sin haberlo pensado bien en mayor medida que los adultos (N/R-65), y es mucho mayor que el de adultos el número de jóvenes que admite que “se les va el dinero sin darse cuenta de en que se lo han gastado”. Como vemos ninguna de las respuestas deja lugar a dudas en relación con los resultados de esta comparación: están once puntos por encima de los adultos en el porcentaje de los que “compran cosas inútiles que después se arrepienten de haber comprado” (N/R-46), y los jóvenes están de acuerdo en un porcentaje diez puntos por encima de los adultos con uno de los enunciados más característicos de la adición al consumo: “cuando veo algo que me gusta no me lo puedo quitar de la cabeza hasta que no lo compro” (N/R-35). Aunque el número de consumidores que “cuando se siente triste y deprimido compra para animarse” es minoritario, esta conducta es relativamente más frecuente en los jóvenes (24%) que en los adultos (13%). Por otro lado, a los jóvenes les gusta, en mucha mayor medida que a los adultos, la sociedad de consumo en la que viven. (N/R- 68). En algunas cuestiones que no se refieren al consumo podemos encontrar posibles causas de estas diferencias: el número de jóvenes que dicen que “se aburre en casa” esta por encima del doble de los adultos (N/R- 50) y en parecida proporción opinan que “están demasiado tiempo metidos en casa sin saber qué hacer”. La mayoría de los jóvenes admite que “ve mucha televisión” mientras que la mayoría de los adultos opina lo contrario (N/16). Aparentemente los jóvenes tienen actitudes menos negativas hacia la publicidad: el 28% dice no creerse lo que dicen los anuncios, mientras que opinan así el 42 % de los adultos. No obstante “desconfían de la publicidad” en un porcentaje idéntico al de adultos (N/R-44) y algunas cuestiones que tienen que ver con la influencia de ciertos planeamientos publicitarios, parecen no haber calado tanto en los jóvenes: creen en menor proporción que los adultos que las cosas baratas casi siempre son peores, (N/R- 33) o que las cosas se compren para dar envidia a los demás. III.-ANALISIS DE DATOS DE LOS JOVENES |
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