Alvin
W. Gouldner
La crisis de la sociología occidental Ilustración 1
Primera parte. Sociología: contradicciones e infraestructuraI ntroducción: Hacia una crítica de la sociología La crisis de la sociología occidental 1
Primera parte. Sociología: contradicciones e infraestructuraI 1
ntroducción: Hacia una crítica de la sociología 1
2. Sociología y subsociología 26
3. Cultura utilitaria y sociología 80
4. Qué sucedió en la sociología: un modelo histórico de desarrollo estructural 117
Segunda parte. El mundo de Talcott Parsons 214
6. El completamiento del mundo: Parsons como analista de sistemas 253
8. El poder y la riqueza según Parsons 356
Tercera parte. La crisis de la sociología occidental 418
9. La crisis de la sociología occidental (1) 418
10. La crisis de la sociología occidental (II) La entropía del funcionalismo y el surgimiento de nuevas teorías 456
11. De Platón a Parsons: infraestructura de la teoría social consevadora 501
Amorrortu /edito res
Prólogo
Los teóricos sociales de la actualidad trabajan dentro de una matriz social que se derrumba, con centros urbanos paralizados y universida des arrasadas. Algunos podrán taparse los oídos con algodón, pero eso no impedirá que sus cuerpos sientan las ondas del impacto. No es exagerado afirmar que hoy teorizamos entre el estruendo de las ar mas de fuego. El viejo orden tiene clavadas en su piel las picas de cien rebeliones.
Una de las canciones populares por la época en que preparaba esta obra era Light My Pire (Enciende mi fuego). Es un hecho caracte rístico de nuestro tiempo que esta canción, que constituye una oda a la conflagración urbana, haya sido convertida en aviso publicitario por un fabricante de automóviles de Detroit, la misma ciudad cuyo incendio y saqueo celebra. Nos preguntamos: ¿Es solo un ejemplo de «tolerancia represiva», o se trata, simplemente, de que no entienden su real significado? Este contexto de contradicciones y conflictos so ciales es la matriz histórica de lo que he llamado «La crisis de la sociología occidental». Y lo que aquí habré de examinar es el reflejo de estos conflictos en el lenguaje de la teoría social.
El presente libro forma parte de un plan de trabajo más vasto cuyo pri mer producto fue Enter Plato y cuyo objetivo es contribuir a elaborar una sociología históricamente estructurada de la teoría social. El plan contempla también una serie de estudios sobre «Los orígenes sociales de la teoría social de Occidente», y ahora me encuentro trabajando en otros dos volúmenes del mismo. Uno de ellos examina la relación del movimiento romántico del siglo XIX con la teoría social; el otro es un estudio en el que espero anudar los diversos hilos analíticos y pre sentar una teoría sociológica más sistemática y general acerca de las teorías sociales.
Al igual que otros autores, debo mucho a muchas personas. Estoy par ticularmente agradecido •a Dennis Wrong por sus abundantes críticas, sensibles y sensatas a la par, de todo el trabajo. También estoy en deuda con Robin Blackburn, Wolf Heydebrand, Robert Merton y S. Michael Miller, por sus agudas sugerencias concernientes al capítulo «Qué sucedió en la sociología». Agradezco profundamente a mis dis cipulos de la Washington University, en especial a Barry Thomp son y Robert Wicke, por las críticas y el estímulo que recibí de ellos dentro y fuera de nuestros seminarios. Mis ideas sobre el «dualismo metodológico» se desarrollaron en el curso de mi labor conjunta con William Yancey, mientras fui su consejero de tesis. Los admiradores de Raymond Williams, de Inglaterra, también se percatarán de que ha influido mucho sobre mí la importancia que él asigna a la «estructura de los sentimientos».
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Debo agradecer también a Orville Brim y a la Russell Sage Foundation de Nueva York por la ayuda que me—brindaron y que me permitió realizar un extenso viaje por Europa durante 1965 y 1966, sin el çual este estudio sería muy distinto y, en verdad, mucho más defi ciente. En Europa tuve la fortuna de contar con la colaboración de una secretaria multilingüe, Manuela Wingate, y en Estados Unidos recibí la gran ayuda de Adeline Sneicler en la preparación del manus crito. Agradezco a las dos su inalterable buen humor, eficiencia téc nica y gran capacidad de trabajo.
Como ya señalé, este estudio forma parte de una serie más vasta, en la que he estado trabajando y para la cual me vengo preparando desde hace veinte años. Por ello, me he creído autorizado a tomar elementos de algunas de mis publicaciones anteriores y a utilizarlos aquí cuando me pareció conveniente. Dado que el presente estudio fue concebido como una obra de síntesis, no me he sentido en la obligación de inun darlo con un mar de notas al pie. Si la esencia y la lógica de lo que aquí digo no resultan convincentes, tampoco lo serán los convenciona lismos académicos. No abusaré de la inteligencia del lector con las habituales declaraciones de rutina acerca de quién es, en definitiva, el responsable de los defectos que este trabajo presenta.
Alvin W. Gouldner
St. Louis, Missouri
Enero de 1970
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